Los fanáticos de Gabriel García Márquez tienen una nueva razón para celebrar la vida del Nobel colombiano. Diez años después de su muerte, llega la novela En agosto nos vemos, que coincide con el que sería el cumpleaños número 97 de García Márquez y cuenta la historia de Ana Magdalena Bach y la visita que hace cada agosto a la tumba de su madre.
Prepárate para este lanzamiento leyendo estas ocho obras de Gabriel García Márquez que no te debes perder y que puedes conseguir en nuestro catálogo en línea.
Considerada su obra más emblemática, Cien años de soledad narra la aventura fabulosa de la familia Buendía-Iguarán, con sus milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldías, descubrimientos y condenas, representaba al mismo tiempo el mito y la historia, la tragedia y el amor del mundo entero.
Un amor no correspondido durante medio siglo con un pueblecito portuario del Caribe como escenario. El Nobel colombiano nos presenta la mágica relación entre Fermina Daza y Florentino Ariza como una mezcla tropical de plantas y arcilla que el maestro moldea y con las que fantasea a su placer entre los territorios del mito y la leyenda.
Todos parecen estar de acuerdo en que Bayardo San Román, solo unas horas después de su matrimonio con Angela Vicario, la devuelve por deshonrada a la casa paterna. La atribulada familia fuerza a la novia a revelar el nombre de su primer amante; y los hermanos gemelos de ella anuncian su intención de matar a Santiago Nasar por haber deshonrado a su hermana.
Sin embargo, si todos sabían que se iba a cometer un asesinato, ¿por qué nadie trató de impedirlo?
El coronel no tiene quien le escriba trata también de una historia de injusticia y violencia: un viejo coronel retirado va al puerto todos los viernes a esperar la llegada de la carta oficial que responda a la justa reclamación de sus derechos por los servicios prestados a la patria. Pero la patria permanece muda.
Este libro reúne la novela corta que le otorga su título y otros seis relatos más, de los que todos menos uno pertenecen a la etapa de plena madurez del escritor. La cándida Eréndira y su abuela desalmada personifican la inocencia y la maldad, el amor y su perversión. Al mismo tiempo recuerda las gestas medievales y los cantos provenzales inmersos en ese mundo denso y frutal del Caribe americano.
Los funerales de la Mamá Grande nos regresan a Macondo, entre personajes y episodios reconocibles, pero ahora caen pájaros muertos sobre el poblado, un cura ve al diablo y visitar la tumba de un ser querido supone un riesgo impredecible. Y hay que enterrar a la Mamá Grande, soberana absoluta de este mundo, que falleció en olor de santidad a los 92 años.
En Barcelona, una prostituta que va entrando en la vejez entrena a su perro a llorar ante la tumba que ha escogido para sí misma. En Viena, una mujer se vale de su don de ver el futuro para convertirse en la adivina de una familia rica. En Ginebra, el conductor de una ambulancia y su esposa acogen al abandonado y aparentemente moribundo expresidente de un país caribeño, solo para descubrir que sus ambiciones políticas siguen intactas. En estos doce relatos magistrales, García Márquez nos acerca a las vidas de latinoamericanos en Europa.
Esta colección incluye cuarenta y un relatos imprescindibles que recorren la trayectoria del autor de Cien años de soledad y que constituyen un impresionante legado para la literatura universal.
Con esta lista de imperdibles de Gabriel García Márquez en mano, toca alistarse para leer En agosto nos vemos, que estará disponible en nuestro catálogo a partir del 6 de marzo de 2024.
]]>El Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) dio a conocer los ganadores de los Premios Nacionales de Literatura y el Premio Concha Meléndez 2023, en una ceremonia celebrada en el Teatro Francisco Arriví y transmitida a través de las redes sociales.
La duodécima edición contó con la participación de 113 manuscritos en poesía, cuento, novela, literatura infantil y ensayo, al igual que el regreso de la categoría de Literatura infantil.
Efe Rosario ganó en la categoría poesía con “Mermar”, mientras que Juan Carlos Quiñones Santiago (El libro de las apariencias, cuento), Janette Becerra Pulido (Pangea, literatura infantil) y Olga Vilella (Los que llegaron, novela) también figuran entre los autores premiados en sus respectivas categorías. Así mismo, Kevin Durán obtuvo el Premio Concha Meléndez, que otorga la Biblioteca Nacional de Puerto Rico al mejor ensayo de crítica literaria, por “Una sonda hacia el vacío”.
Los manuscritos premiados se sumarán a la Colección de Premios Nacionales de Literatura del ICP.
Mira la entrega de los Premios Nacionales de Literatura 2023:
]]>Hemos preparado esta guía pensando en ese lector especial de tu vida. En ella encontrarás 10 increíbles títulos organizados por categorías. Confiamos en que estos mundos de fantasía, intriga, romance y aventura que te presentamos a continuación le darán a tu ser querido horas de entretenimiento y nuevas perspectivas. ¡Acompáñanos a descubrir estos maravillosos universos!
Categoría: Novelas
Para los amantes de historias profundamente conmovedoras que revelan poderosos lazos familiares, “Las Madres” de la aclamada autora Esmeralda Santiago es una joya imprescindible. Esta novela captura la esencia del calor humano y la riqueza cultural de Puerto Rico a través de un grupo de amigas inseparables que se hacen llamar Las Madres.
Esmeralda Santiago teje una historia íntima y conmovedora sobre la sexualidad, la vergüenza y el amor incondicional de estas mujeres, enmarcada en situaciones de vida difíciles y la vibrante realidad de Puerto Rico.
Categoría: Thrillers
Si eres un apasionado de las teorías conspirativas y los thrillers llenos de giros argumentales, “El Vuelo del Dragón” del autor Manuel Martínez Maldonado te mantendrá en vilo desde la primera hasta la última página. Esta ambiciosa novela fue cocinada por más de 20 años y finalmente ve la luz para deleite de los lectores más exigentes.
Su compleja trama entrelaza magistralmente la novela histórica, la intriga policiaca y las teorías de conspiración internacional.
Categoría: Historia
Para los apasionados de la historia puertorriqueña, especialmente del convulso periodo finisecular del 1898, el libro “El jefe” de Nieve de los Ángeles Vázquez aporta una visión crítica y sin tapujos sobre este episodio clave. Por un lado, la autora pone bajo la lupa a las poderosas figuras estadounidenses que impulsaron la invasión militar y económica de la isla.
Por otro lado, examina las controvertidas decisiones y omisiones de Luis Muñoz Rivera, máximo líder político durante este crucial momento histórico.
Categoría: Infantil
Si deseas que tus hijos o nietos boricuas conserven las tradiciones navideñas de la isla, el libro “Un coquí de Boriquén con los Reyes a Belén” es una preciosa joya literaria para tener en casa. Con rimas divertidas y un argumento lleno de magia y encanto, esta historia explica a los más pequeños cómo un ingenioso coquí puertorriqueño ayudó a los Reyes Magos a encontrar al niño Dios.
Un relato entrañable para que los pequeños puertorriqueños conserven viva la ilusión de la visita de los Tres Reyes Magos cada 6 de enero.
Categoría: Poesía
Celebrar a nuestras poetisas más insignes en estas navidades es un hermoso regalo. Y qué mejor opción que sumergirse de lleno en la “Obra poética de Julia de Burgos”, exponente máxima de las letras puertorriqueñas. A cien años de su nacimiento, los versos de esta extraordinaria mujer siguen más vivos que nunca.
Sus poemas, cargados de lirismo y de reivindicación social, han trascendido generaciones enteras para instalarse en el corazón de todo puertorriqueño.
Categoría: Biografías
Para los interesados en la historia política reciente de Puerto Rico, las “Memorias” de Sila María Calderón constituyen una lectura obligada. La primera mujer en ocupar la gobernación de la isla nos brinda un relato íntimo y sin tapujos de su peculiar trayectoria, desde su infancia hasta el ejercicio del poder.
Con una prosa transparente y directa, Calderón narra los retos que debió sortear siendo mujer en el turbulento escenario político boricua.
Categoría: No-Ficción
Para los amantes de los sucesos históricos llenos de enigma y audacia, “La Gran Fuga de Puerto Rico, 1991” devela los secretos detrás de una de las evasiones carcelarias más extraordinarias ocurridas en la isla. Con un estilo vibrante y una investigación minuciosa, la autora Carmen L. Arcelay Santiago reconstruye esta rocambolesca huida que mantuvo en vilo al país en 1991.
Una lectura obligada para los ávidos de la historia puertorriqueña reciente y aficionados a los enigmas sin resolver. ¡No te lo pierdas!
Categoría: Libros de cocina
Para los amantes de la rica gastronomía puertorriqueña, el libro “El burén de Lula” es un verdadero tesoro. En sus páginas, la célebre cocinera María Dolores “Lula” de Jesús rescata deliciosas recetas heredadas de la tradición culinaria africana en la isla, que han pasado de generación en generación durante siglos. El repertorio culinario afro-boricua cobra vida en este compendio de exquisiteces para el paladar.
Una joya gastronómica que permite saborear el intenso mestizaje cultural de nuestra mesa, con el inconfundible toque de especias y frutos tropicales.
Categoría: Arte y Fotografía
Si deseas sumergirte en las bellas y variadas expresiones de arte popular que conforman la identidad cultural boricua, “Artes Populares” del Instituto de Cultura Puertorriqueña es una verdadera joya. A través de decenas de imágenes y textos reveladores, el catálogo presenta una cuidada selección de artesanías del acervo nacional, desde textiles y tallas de santos, hasta muebles y cerámica.
¡Los amantes del arte popular boricua encontrarán en este libro un verdadero tesoro! No te pierdas la oportunidad de tenerlo en tus manos.
Categoría: Negocios
Si te preguntas cuál podría ser un futuro exitoso para Puerto Rico tras décadas de estancamiento, el libro “Soberanías Exitosas” del economista Ángel Collado Schwarz te ofrece una hoja de ruta esperanzadora. A través de entrevistas y un profundo análisis comparativo, la obra examina cómo pequeñas naciones antes sumidas en la pobreza lograron convertirse en casos ejemplares de progreso.
Regala mundos de ensueño estas navidades
Hemos llegado al final de esta cuidada selección de títulos literarios, pensada para obsequiar nuevos e intrigantes universos este fin de año. Ya sea que prefieran evadirse en historias de misterio y acción, conmoverse con dramas familiares profundos o expandir sus conocimientos con relatos aleccionadores, estos 10 libros tienen algo especial para cada lector. ¡Felices fiestas y feliz lectura!
]]>El Castillo San Felipe del Morro es una fortificación histórica ubicada en el Viejo San Juan que ha desempeñado un papel importante en la defensa de la ciudad y el patrimonio cultural durante más de cuatro siglos. Situado en lo alto de una colina con vista a la bahía de San Juan, este castillo es un símbolo poderoso de la rica historia y el pasado militar de la isla.
En este blog, te quiero contar brevemente la fascinante historia del Castillo San Felipe del Morro, trazando su evolución desde una fortaleza colonial española hasta un sitio histórico nacional, y exploraremos su lugar en la historia cultural y militar de Puerto Rico.
La historia de este impresionante castillo se remonta al siglo XVI, cuando el gobierno colonial español comenzó la construcción de la fortaleza en 1539. A lo largo de los siglos, la fortaleza experimentó varias renovaciones y expansiones, reflejando las cambiantes tecnologías militares y amenazas a la ciudad.
Durante los siglos XVI y XVII, El Castillo San Felipe del Morro sirvió como una defensa crucial contra los ataques de barcos piratas y potencias extranjeras. En 1898, Estados Unidos tomó control de Puerto Rico durante la Guerra Hispano-Americana, y El Morro continuó siendo utilizado como una instalación militar hasta 1961.
En 1983, El Castillo San Felipe del Morro fue declarado Patrimonio Histórico Nacional por el Servicio de Parques Nacionales, y ahora está abierto al público como museo y atracción histórica. Los visitantes pueden recorrer las fortificaciones y conocer su rica historia, incluida su papel en la Guerra Hispano-Americana y su conversión eventual en museo.
Hoy en día sigue siendo un símbolo de la rica historia y el patrimonio cultural de Puerto Rico. El castillo es un destino turístico popular, atrayendo a visitantes de todo el mundo que vienen a explorar sus fortificaciones bien conservadas y conocer su lugar en la historia puertorriqueña.
Si quieres conocer más sobre la historia del Castillo San Felipe del Morro te invitamos a escuchar el "audio tour" curado por Free Audio Guides:
Free Audio Guides ofrece los mejores y más inmersivos tours de tus destinos de viaje favoritos, grabados por expertos locales en formato podcast. Siempre gratis, sin nada que alquilar y sin ninguna aplicación que descargar.
]]>Escrito por Geysel M. Gómez Lozada | Instagram
Sobre la autora: tres palabras que me atormentan. Escribir mi primera novela, “Si quisieras quererme” ha sido un proceso largo, paciente, que jamás pensé que llegaría. Después de todo, crecimos escuchando que “de el arte no se vive”, lo cual es irónico, porque lo que sí es un hecho es que vivimos para el arte, y por el arte.
¿Qué te mueve a atreverte a salir de la privacidad de tu cascarón y compartirte con el mundo?
A lo mejor una pandemia, dos años de angustia, desesperanza y miedo, de recibir noticias de gente que conoces morir solos y de repente. A lo mejor una carrera por la cual lo diste todo, pero que te acaba llevando al borde del abismo personal, el que hace tiempo prometiste no volver a tocar. A lo mejor el diagnóstico de una enfermedad crónica que te hace darte cuenta que la juventud no te vuelve invencible. A lo mejor ver morir a una de tus mejores amigas de cáncer, a los 30 años, y darte cuenta que el tiempo no perdona, nos masacra a todos por igual y sin piedad.
En la vida hay caminos que se quedan incompletos. Y de esos caminos inconclusos nace esta historia, con la esperanza de darle la clausura que merece.
Soy abogada de profesión, pero escribo desde que tengo memoria. Y es que, es lo más natural que se me da. Somos historias, un conglomerado de recuerdos, de momentos y de vivencias. Algunos comenzamos más temprano, otros más tarde, pero todos, de alguna forma, contamos historias.
Tinta, papel, y un corazón roto, así comenzó mi trayectoria como escritora. Vender palabras, como dice Isabel Allende, es un oficio que requiere vulnerabilidad. Imposible escribir de lo que no hemos sentido, aunque es muy común hacerlo sobre lo que nos falta por vivir. A través de la tinta, como dijo Tokyo en La Casa de Papel, vivimos muchas vidas, y en cada vida, un amor.
Yo he vivido muchas vidas, algunas más apasionantes que otras, y con ellas, algunos otros pocos amores. Pero muy adentro, me he quedado fijada en la primera vida y el primer amor, ninguno de los cuales pude vivir, por miedo, por concesiones hacia otras personas, que hoy me parecen absurdas. Decía Chavela Vargas que uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amó la vida. Yo creo que volvemos a las personas, a quienes fuimos en los instantes que estuvimos allí, a lo que nos hicieron sentir.
Esta historia nace de lo que nunca dije.
Y es que hay amores que se quedan en tinta y papel, que nunca logran concretarse y se quedan flotando en el maldito limbo de los “tal vez” y los “quizás”, de lo que pudo haber sido y no fue. Esos son los amores más difíciles de olvidar, seguramente porque no hay beso, caricia o palabra más exacta, más precisa, y más intocable que aquellas que solo suceden en nuestra cabeza, en nuestra imaginación. No pueden competir con lo grotesco de lo cotidiano, de lo que sí se puede palpar, de lo que es, inevitablemente fracturado y lleno de realidad.
Esta obra es un regalo para mí, para aquella chica que se atrevió a soñar, no solo con un amor, sino con las posibilidades infinitas de una vida emocionante, y por la cual, hoy por hoy, lo ha arriesgado todo por esa vida.
Entonces, ¿qué toma olvidar? A lo mejor, lo que dice Drexler, tinta y tiempo. No sé cuánto tiempo tenemos, pero siempre tendré tinta.
Aquí estoy, para probar que todo se cura, y que si no se cura, se escribe, en negrillas, sin comas, en papel, o bajo la piel. Como dijo un gran poeta, golpe a golpe, verso a verso.
]]>Después de leer La Nena, una novela negra con grandes dosis de intriga, violencia y morbo, he querido probar suerte con esta nueva novela de Carmen Mola; pseudónimo de los escritores españoles ganadores del premio Planeta del año 2021. Esta nueva entrega está ambientada en el año 1834 en Madrid durante la epidemia del cólera que mató miles de personas y desató grandes disturbios, asaltos al clérigo e inestabilidad social. Así que me pareció que la idea de llevar toda la acción y lo morboso de la Mola al Madrid desolado del siglo diecinueve podía ser una lectura muy interesante.
La bestia tiene todos los ingredientes distintivos de la ficción de Mola: mucha acción, muertes violentas y personajes irresistibles. En esta ocasión encontramos a Lucía, una adolescente huérfana e ingeniosa que necesita sobrevivir al cólera y al hambre, además de proteger a su hermana pequeña, Clara. Madrid está siendo aterrorizada por, no sólo la epidemia del cólera, sino por una “bestia” que mata y
desmiembra niñas. Lucía parece saber bien lo que tiene que hacer para mantenerse a flote en ese ambiente de catástrofe, pero cuando Clara desaparece, es claro que ambas llevan las de perder; y Lucía sabe que tiene que hacer lo que sea para encontrar a su hermana antes de que sea muy tarde.
De aquí en adelante la acción se desencadena a un ritmo desesperado a la vez que Lucía trata de mantenerse con vida para encontrar a su hermana. Lucía sortea un Madrid de túneles asquerosos, doctores piadosos, clérigos que no lo son y enemigos ocultos, que harán de la búsqueda de Clara una angustia hasta el último momento.
Esta novela, que es difícil de encasillar en un sólo género porque tiene tanto de novela negra, como histórica y de aventuras, no deja de impresionar. La trama es tan violenta como atrayente. Es una de esas historias que enganchan desde el principio, y aunque es un libro sustancioso, contando quinientas cuarenta y una páginas, se lee muy rápido. ¡Por supuesto que no queremos dejar a ningún personaje en medio de un peligro inminente sin saber qué le ha pasado! Además, tratándose de la Mola, es muy difícil que personajes claves no terminen derramando sangre también.
La recreación de la época y el impacto de la epidemia en la sociedad madrileña está muy bien lograda por su realismo. El imaginario de la suciedad, los olores y las costumbres del momento hacen que se entienda mucho mejor cómo se expandió tan eficazmente la epidemia de cólera por la ciudad. De la misma forma y con la misma eficacia, se extendió el pánico entre los ciudadanos, que culpaban tanto a los clérigos, como a los pobres y a los niños de causar el contagio. Podría decirse que La bestia es, también, la historia de un Madrid sitiado por una epidemia de ignorancia, y por aquéllos que se aprovecharon de ésta para apropiarse de poder.
"La bestia" cumple a cabalidad con los requisitos de una buena novela histórica y negra, y de “thriller” pleno de sobresaltos y emociones. Es perfecta para aquéllos con estómago para escenas fuertes e historias terribles.
Cuento por Luis Alexis Rodríguez Cruz | Instagram
Antes había más pejes, pero si uno sabe del mar,
y si entiende de la luna,
la pesca te recompensa.
Margarita “Toña” Correa, pescadora
en Palabras de Pescadores de María Benedetti
1
El pequeño bote, mitad rojo y mitad azul real, reposaba en el medio de la bahía rodeada de mangles, cuyas raíces formaban laberintos de vida marina. Don Rodríguez, quien ha pescado en las aguas de Cabo Rojo desde antes de volverse ciego, había remado hasta allí como lo hacía todas las noches. No pescaba peces como quiénes vivían del mar. Tampoco atrapaba jueyes, langostas, ni algún otro animal. Pescaba estrellas. Y quizás por sus poderosos sentidos, sabía que estaba de suerte esa noche, pues como pocas, estaba clara.
Comenzó a tejer la red, mientras respiraba el salitre. Sus manos parecían dos arañas que trabajaban de manera ligera. El proceso de creación se tardaba unas cuatro horas. Cada una de sus redes tenía su propio patrón, como cazadores de sueños. La gente del pueblo costero no podía entender cómo un ciego era capaz de semejante hazaña.
2
Hace unos cincuenta años, en una mañana cuando los rayos de sol quemaban, estaba mar afuera colocando redes que parecían serpientes si eran vistas desde arriba. Mientras recogía una de ellas, llena de peces de todas clases, su visión comenzó a desvanecerse. Unas nubes blancuzcas dentro de sus ojos cubrían su vista, parecía como si estuviera ocurriendo un gran eclipse solar. Desde ese día dejó de pescar en las horas de luz; dejó de pescar animales.
3
El viejo de ojos blancos era bañado con una luz tibia de luna que lo acariciaba y hacía sonreír. No importaba si el agua calmada reflejaba el cielo o este reflejaba la bahía, las estrellas estaban en ambos cuerpos. Puntos brillantes que veía con su audición, tacto y olfato. Y con su gusto también.
Al tirar la red, provocó que se generaran olas que llegaron hasta los mangles. El sonido sutil de la malla al caer al agua dejaba meditabundo al único pescador de la noche. La malla se iba acomodando al hundirse con lentitud.
4
Su casa era un pedazo de espacio. Las paredes oscuras que la componían estaban cubiertas de estrellas: rosas, azules, verdes… estrellas tornasol… uno que otro cometa que se enredaba por accidente en sus redes.
Don Rodríguez permanecía allí, en su espacio, en su taller, todo el día. En algunas ocasiones, salía al puerto para deshacerse de las redes ya usadas. Caminaba hasta allí sin ayuda de un perro guía o de un bastón blanco. Al voltearse y dirigirse hacia su casa, los otros pescadores, quienes yacían escondidos entre los mangles, zafacones y verjas, corrían y se peleaban por las redes. Parecían perros hambrientos batallando por un hueso blando y mascado. Los que lograban apoderarse del material que al extenderse se dejaba ver como un ornamento artístico, digno de posar en cualquier museo, podían estar seguros de que atraparían peces para suplir varios restaurantes.
5
El pescador de la noche tenía sus ojos apuntando hacia la orilla, le daba la espalda al mar abierto.
Esperaba.
Sintió un leve vaivén y sonrió como cuando atrapaba pelágicos cerca del noroeste cuando joven.
Se puso de pie, balanceándose como circense que camina sobre la cuerda floja y comenzó a jalar la red, poco a poco.
Las estrellas, de todos los tamaños, caían una a una dentro del barquito. Emitían un ruido peculiar, un sonido de brillo.
Cualquiera que mirara desde la orilla pensaría que un farol había emergido en el medio de la bahía.
Destellos.
Tocaba las estrellas, suaves como láminas de metal frío y lustroso. Las olía. Un leve aroma se desprendía de los pequeños astros, una combinación de lavanda, polvo estelar y sal.
Faltaban unas siete horas para el alba. Así que decidió tejer otra malla. Se tardó solo dos horas, lo hizo con prisa.
Se puso de pie y la tiró, lo cual hizo que unas gotas saltaran al barquito. Nuevamente, el chasquido lo hizo sonreír.
6
La luz de la noche se parecía en algo a la luz del día. Mientras esperaba, recordaba cuando pescaba bajo el sol.
El ambiente permanecía en calma. La bahía estaba en silencio, solo se escuchaban la respiración honda del viejo de pelo blanco y la danza de la espuma cuando la ola número trece se adentraba al laberinto de mangles.
Sabía que esa sería la noche en la cual atraparía lo que siempre quiso capturar, lo que faltaba en las paredes oscuras de su casa.
7
Sintió otro vaivén, esta vez no fue leve.
Sonrió y se levantó de rápido.
Agarró la red y comenzó a jalar con fuerza.
Su sonrisa se extendía.
La malla estaba pesada. Se quitó las chancletas y trincó los dedos de los pies sobre la madera del barquito. Tiró con fuerza. Sus músculos se tensaban. Sudaba. Había atrapado a la luna.
Un círculo azul-blanco se acercaba a la superficie. La luz, al principio concentrada en un solo punto, se esparcía bajo el barquito como un enorme plato. La bahía ya no estaba calmada, era como si la luna peleara.
El sudor recorría toda su cara; las gotas, más saladas que las del mar, llegaban a su boca. Se le zafaba la red en ocasiones. Tenía las manos pintadas de rojo.
–¡Serás mía! –gritó antes de tirar con la fuerza de diez mil personas.
La luna cayó dentro. Redonda y brillante. Se escuchaba un pequeño zumbido que parecía ser magia.
El viejo comenzó a reír de la alegría. Brincaba de la emoción. Abrazaba la luna.
-¡Mía, mía, mía! –exclamaba riendo y con los ojos llenos de lágrimas, las cuales se mezclaron con el agua de la bahía, luego de que una gran ola que venía desde su espalda, desde el mar abierto, lo tomara por sorpresa y lanzara al fondo. Le agarraba los pies para que no saliera a la superficie. Lo jalaba como él a sus redes. Las estrellas, antes capturadas, alumbraban el fondo en combinación con la luz de la luna. Alumbraron las burbujas embravecidas que salían de la boca del viejo, mientras a sus oídos llegaba una frase sin origen: “La luna es mía”.
Este cuento es parte de la colección inédita, “Al otro lado y otros cuentos”, próximo a ser autopublicado en diciembre 2022. El libro estará compuesto de 17 piezas fantásticas y de ciencia ficción, donde personajes buscan e indagan sobre eso que está “Al otro lado”.
Escrito por Lorna Robles | Instagram
Hace un poquitito de tiempo nada más, por allá en el 2004, escribí (para un taller de escritura) el ensayo "LaS MaChoniNas; nUeVa GeNeRaCión de MuJeRes". En aquel entonces, si no trabajabas para una revista o periódico, era muy difícil conseguir publicación. Imagino lo diferente que hubiera sido para aquella versión de Misma, llena de ímpetu, haberlo lanzado por sus redes sociales.
Pero es hoy, 20 años después, que decido hacerlo porque quiero compartir como su esencia permanece en mí, pero transformada.
Tengo ya 45 años; 2 hijas (14 y 6 años), un compañero de vida de hace 14 años, soy tití de una 2 futuras mujeres (7 y 2 años) y SIGO siendo hermana, hija, amiga y profesional, como cuando hice ese escrito original. Me diferencia la sumatoria de unos cuantos sombreros, responsabilidades y libritas de más. Pero “deep inside”, sigue viviendo en mí esa “Machonina” que me inquieta a cada momento y se hace presente en cuanto tiene la oportunidad. INTENTAR apagar el fuego de ser libre e independiente cuando tu alrededor depende de ti, se convierte la mayor parte de las veces en misión imposible. ESE ardor no miente. Se calma, pero no se apaga.
Amamos nuestra familia, ¡claro que sí! Pero del mismo modo, deseamos Emprender. Deseamos movernos, liberarnos, hacer (¡y no hacer también!) … Añoramos ESE espacio a SOLAS hasta en el baño (ya sea para #1, #2 o bañarnos a solas), No cocinar, No lavar (ni doblar/guardar; ¡lo detesto!), etc. Es un grito interno que nos recuerda que EXISTIMOS MAS ALLÁ DE SER LA CENICIENTA DEL HOGAR y deseamos reclamar nuestro espacio.
Retomamos los tiempos de independencia y en ocasiones se añoran. NO estoy diciendo que detestamos el AHORA, sino que en nuestra naturaleza sigue viva la semilla que nos sembraron cuando pequeñas y nos transformó en “MaChoNinas”.
Para entender esta metamorfosis hay que validar primero a nuestras abuelas; quienes, en su mayoría, la rutina era hacer las tareas del hogar (incluyendo tener la cena lista para cuando llegara el marido), y criar a sus hijos. Muchas quizás llegaron del campo y adaptándose a la vida urbana se dieron cuenta que anhelaban más. Así se contaminaron como Eva y, al percatarse de lo difícil que se les haría a ellas “vivir esa vida”, inculcaron esa pequeña semilla en la mente de sus hijas, logrando el fruto de una manzana lista para madurar y prepararse académicamente. Y muchas de ellas obtuvieron profesiones “aceptables” para la sociedad, pero sus prioridades seguían siendo casarse y tener hijos.
¡¿Qué creen?! Se casaron y nos tuvieron. Pero ahora sus rutinas no eran solamente las tareas del hogar y la crianza, sino que también trabajaban fuera de la casa y aportaban económicamente al núcleo familiar. Se convirtieron en seres más independientes y pensantes, con sentido de libertad. Y entonces, entre la rutina, el trabajo, los hijos, la vida marital, etc… comenzaron las diferencias y opiniones de pareja, provocando en muchos casos, el tan afamado divorcio de aquella época.
A esto le sumamos los cambios socio-económicos y tecnológicos que atravesó el “Mundo, mundial” (como dicen en España) y el resultado es simple; el nacimiento de hombres y mujeres bajo una nueva era, un nuevo avance, criados bajo la televisión, Walt Disney, el Chavo del Ocho, la moda, películas, publicidad, etc. Nacieron niñas con aspiraciones, con cuestionamientos, con sueños; y nuestras heroínas (nuestras madres), sin darse cuenta, nos sembraron esa semilla de progresar, de estudiar, de echar pá’lante solas para que pudiéramos ser independientes económicamente y decidir nuestro matiz.
¿Y saben que nos pasó? Que de tanto (inconscientemente) querer igualarnos, hoy somos nosotras, las mujeres, quienes prevalecemos y ¡nos estamos quedando con TODO! Irónicamente, aún en estos tiempos no se nos valora como debería, pero nosotras somos las realmente poderosas, las del sexo fuerte, las que luchamos incansablemente por nuestros hijos, por nuestra familia y por nuestros sueños (cuando nos lo proponemos). ¡¿Y entonces?!
Nos hicimos de la idea de que somos Invencibles… que realmente somos Wonder Woman. Y cuando nos vemos entre la espada y la pared, ¡lloramos! Peleamos, nos cuestionamos y hasta a veces nos saboteamos. Seguimos siendo Femeninas, pero figurando ser Machista. Nos convertimos en MaChoNinas. Somos y seremos siempre mucho más fuertes de lo que la sociedad espere o piense. Somos de todo un poco, pero llevamos ESA esencia intacta de lograr hacer una metamorfosis constante y cada día, convertirnos en nuestra mejor versión cuando nos vemos al espejo. Y es que aún en ESOS días turbios, tenemos la capacidad de reconocernos; y en otros, actuamos a lo Machista y que otros hagan por nosotras, pero claro, siempre manteniendo la simpleza de ser Femenina en nuestra cotidianidad.
HOY, somos nosotras las que hemos agarrado al Mundo, somos nosotras las “multitasking”, las que además de trabajar para el sustento del hogar y hacer loncheras, comidas, mantener el hogar, saber lo que pasa en el colegio (sin estar aunque 24/7), somos las que estamos ahí para cualquier invento, escuchamos a nuestros seres amados y seguimos diciendo presente, AUNQUE a veces los días, el alma y nuestro cuerpo no lo estén. ESE poder heredado, lo llevamos más fuerte que nuestras madres.
Somos las Jefas de nuestra familia. Quizás te tocó ser madre soltera, quizás eres quien lleva el mayor sustento a tu hogar, quizás has permanecido como “housewife” o quizás eres felizmente soltera. ¡NO IMPORTA! No importa cuál rol como Jefa estás asumiendo, lo que debes tener es la certeza de que gracias a ti, es que se mantiene TU VIDA y TU HOGAR. Que eres la columna vertebral de TU espacio y que cada vertebra que tienes, se ha formado por tu caminar en esta vida. Que eres mucho más que los puestos, los diplomas, los “tags” que nos colocan nuestra familia, amistades, hij@s o nuestras parejas. Que no eres lo que haces para llevar el sustento a tu hogar, sino que eres simplemente TÚ, con tus virtudes y tus defectos. Con tu cansancio y fatiga física, mental y emocional. Con tu sonrisa, tu belleza, tu ternura, sensualidad, sensibilidad y con tus agallas bien filosas “ready” para defender a los suyos aún cuando no estés en tus mejores días.
Porque trabajamos como Macho, pero nuestra energía es Femenina. Porque somos poderosas y juntas somos mucho más fuertes. Y porque hemos ya reconocido, que ellos, tan perfectos y tan azules, tan valientes, guapos, amorosos y comprensivos, esos que cuando niñas pensábamos venían al rescate, solo existen en la ficción de Walt Disney y nuestra realidad está mucho más cerca al Profesor Jirafales, ¡Popeye o Shrek!
Porque nos tocó soñar y despertar de esa ficción impuesta y HOY sabemos que no necesitamos el rescate, pero reconocemos que sí el apoyo.
¡Seguimos! Chin-Chin
Puerto Rico es un lugar único. A menudo se puede disfrutar del mar y la montaña en un solo día. A algunos les gusta el senderismo, a otros el surf, a otros incluso les gusta observar la naturaleza por sí mismos. Si te gustan los libros y la lectura, aquí una lista de los 9 libros puertorriqueños más vendidos en el año 2022:
Esta revisión de la Historia general de Puerto Rico no dilucida esas discusiones, pero si pretende poner al día nuestros entendimientos sobre la formación y el desarrollo de nuestra sociedad. En las últimas décadas se ha publicado mucho, pero no siempre se ha logrado hacer una síntesis de los avances logrados por los investigadores. Una vez más esta edición actualizada de la Historia general intenta realizar esa tarea.
Este libro se escribió en 1960, nos llega 47 años después, las circunstancias no merecen mencionarse. Su edición es como un gigantesco faro en medio de la profundidad de una noche que ha durado 108 años.
Con este importante libro Ángel Collado-Schwarz continúa un ciclo de investigación y análisis que comenzó con su libro Truman y Puerto Rico: el origen de un proyecto descolonizador fallido sobre las políticas hacia Puerto Rico y el Caribe de dos presidentes estadounidenses. Este libro es una valiosa aportación para comprender esa coyuntura en la región del Caribe y los procesos que condujeron a ella desde la primera mitad de los años cincuenta.
Luego de tantos años, incluso siglos en algunos casos, finalmente llega un libro que le da protagonismo y crédito a las mujeres increíbles que forjaron sus propios caminos a lo largo de la historia puertorriqueña. ELLAS es un libro que fue imaginado, escrito, editado, ilustrado y diagramado en su totalidad por mujeres puertorriqueñas para compartir con el mundo.
Concretar El corazón frente al mar una breve Introducción, una breve Conclusión y seis fragmentos de extensión razonable: Descenso, Novedades, Aterrizaje, Old San Juan, Casi a oscuras, Acenso. Me disculpo por no llevar cuenta del número de sueños que trataba el libro, ahora en las manos del Lector. A quien invito a sanjuanear los sueños suyos. Los sueños se pudren si no se les muda el aire.
This bilingual edition illustrates the regiment's more than 120 years of service, from its origins in 1899 through its service in three wars. The historical content and veteran quotes provide an in-depth perspective about the service of one of the country's last segregated military units.
Guerra Contra Todos los Puertorriqueños nos relata la historia de una revolución olvidada y su contexto en la historia grande de Puerto Rico, desde la invasión estadounidense de 1898 hasta la lucha actual por la plena autodeterminación de los puertorriqueños.
Puerto Rico está dividido oficialmente en 78 municipios y estos a su vez se dividen en barrios con un total de 783. En este libro encontrarás información y datos importantes de cada uno de los pueblos de Puerto Rico.
Arqueología Indígena es una muestra del legado indígena de Puerto Rico, ilustrando su historia a través de objetos y artefactos, que dan paso al universo arqueológico pre colombino. El lector podrá conocer, reconstruir e interpretar a través de ensayos y objetos arqueológicos aspectos de la vida de estas tempranas sociedades humanas.
Poema por: Natalia Goveo Villegas | Instagram
Mírate, mi niña
Eres digna de admirar.
Has hecho calma tu ansiedad.
Has silenciado los males de tu cabeza.
Has hecho paz tu llanto.
Mírate
Eres lo más grande que tienes,
no necesitas a nadie más.
Has caminado un maratón sintiendo que
tu cuerpo no puede hacer ni una milla.
Has cruzado mares para alcanzar lo que quieres.
Has reconstruido a quienes luego te han roto.
Mírate
No hay potencial más inquebrantable
que el que posees.
Has dado todo de ti a quien no quiso
darte no quiso darte ni la mitad.
Has perdonado lo que a ti jamás.
Has levantado tu ser del suelo más veces
de las que has dicho “no puedo más”.
Has florecido ante la adversidad.
Mírate cariño
Que nadie nunca te haga dudar de tu valor.
Que nadie nunca te haga pensar que eres menos.
Has amado con tu alma entera a quien
solo tu mirada le quedaría grande.
Has logrado coser los pedazos de
tu corazón una y otra vez.
Has vuelto a amar con la misma fuerza
e intensidad con la que amaste la primera vez,
aún sabiendo que todo tiene su fin
y que a veces su fin no es el mismo que el tuyo.
Lo has hecho tú.
Ojalá y te acuerdes de esto cada vez
que te topes con un espejo y te mires.
Escrito por Nayely Rodríguez
"Resiliencia". Aquella palabra que desde hace algunos años ha estado vigente en la cotidianidad de los puertorriqueños hasta convertirse en un lema de perseverancia ante las inminentes adversidades que hemos enfrentado recientemente. Aunque esto pudiera resultar inspirador y patriótico como un intento de "no doblegarnos" o "agachar la cabeza" en momentos difíciles, la realidad es que este popular lema de "Puerto Rico se levanta" ha llegado a ser en días recientes tras el paso del Huracán Fiona un cliché patriótico y trillado que ha calado hasta el hartazgo de muchos que simplemente están cansados de la ineptitud de un gobierno ineficaz e insensible. La frustración es más que evidente al toparnos con la cruda realidad de encender nuestros televisores a fuerza de generadores eléctricos y ver la rampante necesidad de gente que lo ha perdido todo. Inclusive, ver y escuchar las expresiones de un gobernante al que nada le importa es simplemente como un escupitajo en nuestras caras.
Para canalizar la palpable decepción de vivir en una isla tropical gobernada por payasos y pesudo moralistas recurrí a uno de mis pasatiempos favoritos: la poesía. Quizá en nada aporte a restablecer un sistema mediocre de energía eléctrica, reconstruir hogares destruidos o tan siquiera a proveer suministros y artículos de primera necesidad a aquellos más necesitados. Sin embargo, ha sido el escape emocional necesario en el cual desahogo las penas más recónditas de mi alma y todo aquello que no diría en una conversación normal. Como parte de un débil esfuerzo por conservar la poca salud mental que conservo tras experimentar un sinfín de sucesos en mi vida personal, entre ellos el reciente huracán, procuro dejar fluir mi mente a través de las letras y su vaivén complejo de metáforas que embellecen ese dolor en completa libertad. No todo lo acapara el amor y el romance; así como a veces la rabia, tristeza, confusión y desesperación se apoderan de nuestros sentidos, dichas emociones pueden transformarse hermosamente en un coctel de versos que describen aquellas tormentas interiores que nos arrasan desde lo más profundo y que incluso terminan por deteriorar nuestra salud mental.
Recuerdo que a días del paso del huracán me encontraba en la sala de estar de mi casa tenuemente alumbrada por la única luz de las velas mientras sentada en el sillón solo pensaba en como describir en un par de versos aquella tormenta que había devastado una isla tan pequeña. En mi mente comencé a divagar en las posibilidades que podía utilizar para escribir una pieza significativa y sobre todo expresiva a su manera. Después de exprimir mi imaginación hasta el cansancio finalmente aquellas palabras e imágenes en mente terminaron transformándose en una descripción hermosamente desgarradora y angustiosa. De esa forma, logré desangrar el sentimiento en las notas de mi teléfono a pesar de que la inspiración no fue tan fluida en un principio, pues realmente tardé casi un día en escribir el poema completo pero fue al fin y al cabo una liberación catártica y terapéutica con cada palabra escrita desde la más pura honestidad. Pero lo que verdaderamente me había impulsado a escribir poemas en medio de una adversidad colectiva no había sido el simple amor al arte, sino la frustración.
Estamos cansados, es un hecho. Vivir a oscuras sin agua ni alimentos aptos para el consumo en nuestros refrigeradores se ha convertido en las ultimas semanas en un calvario que ha sido a punta de protestas y gritos desesperados por ayuda, un punto de unión entre todos los puertorriqueños en un esfuerzo por ayudarnos los unos a los otros. Hemos hecho casi todo lo que un gobierno debió hacer como parte de su deber por velar por la seguridad de todo un pueblo, pero en Puerto Rico eso es casi un chiste de mal gusto. Bajo el lema de "solo el pueblo salva al pueblo", los boricuas nos la hemos ingeniado para movilizar la ayuda necesaria por aquellos en situación especialmente precaria. Incluso, influencers como Miss Gala han sido una mano amiga en este doloroso trayecto en la que no solo ha aportado en la recolección de artículos de primera necesidad, sino que también ha hecho el llamado a unirse al esfuerzo. Podría decir incluso que se siente casi como una poesía simbólica emanada de la solidaridad y el amor de un pueblo unido más allá de las diferencias ideológicas y partidistas.
A pesar de la tormenta siempre hay un rayo de esperanza, pero mientras tanto aún batallamos contra una mafia que dice ser una empresa que continuamente miente y manipula estadísticas a costa de la necesidad de los hospitales, pequeños comercios y personas con condiciones crónicas. La frustración crece y es cada vez mas palpable ante la indiferencia de aquellos que están supuestos a procurar por nuestro bienestar, lo que da como resultado un pueblo cansado de ser "resiliente" como bien expresó la periodista Bianca Graulau en sus redes sociales. Muchas personas ya no queremos ser resilientes, queremos un gobierno honesto, un sistema eléctrico funcional, un sistema de salud efectivo y accesible, queremos simplemente poder vivir sin la necesidad de ser títeres constantemente activados en modo supervivencia. Y aunque para mucha gente sea difícil entenderlo, la única manera de frenar este abuso es dejar de romantizar la resiliencia y levantarse en lucha por lo que es justo: exigir respeto. Mientras la frustración permee en el diario vivir seguiré acudiendo a mi frustración poética, como muchos grandes poetas de la historia lo hicieron en su tiempo. Mucha gente no se anima a escribir poesía quizá por falta de interés, de inspiración o por considerarla aburrida o compleja de entender. Pero la realidad es que la poesía tal y como la conocemos es mucho más que solo rimas y versos con palabras rimbombantes que en nuestra vida hemos oído, es una ventana de libertad para la mente y el alma. Animo a todo aquel que necesite expresarse a intentar liberar el sentimiento y transformarlo en algo hermoso.
Estamos en noviembre y la Navidad se acerca. Eso también significa que es hora de envolver los regalos y enviarlos a los seres queridos. He aquí diez títulos que serán un buen regalo para los niños y niñas esta Navidad:
Un coquí de Boriquén con los Reyes a Belén es la historia de un coquí mágico que acompañó a una niña puertorriqueña a la primera Navidad. El cantar del coquí ayuda a los Magos a encontrar al Niño Jesús. En agradecimiento, los Reyes le prometen buscar anualmente a cada niño de su país, en o fuera de Puerto Rico, siempre que la melodía de un coquí los llame.
Los coquíes aún cantan es un libro ilustrado para niños sobre el hogar, la comunidad, y la esperanza, inspirado por la reconstrucción de Puerto Rico luego del Huracán María en Septiembre 2017. Este hermoso y emotivo libro fue escrito por Karina Nicole González, ilustrado por Krystal Quiles, y traducido al español por Amparo Ortiz.
Las estrellas de los Reyes Magos es la historia de Benjamín, un niño que junto a su familia se dirige la noche del 5 de enero a la casa de sus abuelos donde se celebra la tradicional fiesta del Día de Reyes. En el camino, Benjamín observa tres estrellas que están una al lado de la otra, con un brillo especial. Con la ayuda de su abuelo, el niño descubrirá la mágica historia detrás de estas estrellas y de la tradición del Día de los Reyes Magos.
ABC Taíno es un libro de abecedario, bellamente ilustrado, para conocer al pueblo taíno y su bellísima lengua. Dirigido a niños y niñas de todo el Caribe, las Bahamas, Cuba, Haití, Jamaica, Puerto Rico, República Dominicana, y otros países, ABC Taíno los entretendrá a la vez que crecerá su orgullo por sus antepasados taínos.
Conoce al miembro del Salón de la Fama del Béisbol, Roberto Clemente, antes solo un niño de Carolina, Puerto Rico, al que le encantaba jugar pelota en las calles de su pueblo con sus parientes y amigos. Roberto, un estelar jardinero derecho, jugó dieciocho temporadas en las Grandes Ligas. Clemente, el primer jugador latinoamericano que ingresó en el Salón Nacional de la Fama del Béisbol, allanó el camino para las futuras generaciones de peloteros latinos.
Esta obra invita al lector a celebrar los 30 años del rescate de este pequeño manatí que cambió el rumbo de la conservación de esta especie marina, en 12 bellas ilustraciones del artista Eduardo Veguilla y 12 fotografías a color de fotógrafos destacados, junto a un ensayo que detalla cómo ha sido este recorrido para salvaguardar estas supuestas sirenas de la mitología.
Al cumplir doce años, el jibarito recibe un regalo especial que nunca imaginó. Una invitación a jugar con las personas que el ama antes de que sea demasiado tarde.
Desde su nacimiento en junio de 1945, la vida de Petra Cepeda estuvo inmersa en la cultural musical de sus raíces afrocaribeñas. Su papá y su mamá le inculcaron una gran pasión por la música y el baile de la bomba puertorriqueña. Gran parte del legado de Petra es gracias a su ardua labor por proteger y conservar el folclor y la música afrocaribeña, asegurando así que futuras generaciones mantengan viva la tradición.
Un libro hermoso ilustrado bilingüe sobre la biografía del músico Tito Puente, donde los lectores bailarán al ritmo de la vida del rey del mambo.
A Tito Puente le encantaba golpear ollas y sartenes cuando era niño, pero lo que realmente soñaba era tener su propia banda algún día. Desde Spanish Harlem hasta los premios Grammy, y todos los ritmos intermedios, esta es la historia real de la vida de un niño cuya pasión por la música lo convirtió en el Rey del Mambo.
¿Qué pasa con los coquíes que son adoptados fuera de Puerto Rico año tras año? ¿Pueden cantar como cuando están en Puerto Rico? En Un coquí de Boriquén canta aquí y allá también, Lara Mercado y Armando Valdés se aventuran a descubrir qué nos hace cantar en cualquier parte del mundo.
Escribir sobre el amor a la lectura en este foro es como escribir sobre el amor a Dios en una revista religiosa. O como escribir sobre el amor al cabello en un foro para estilistas. Parece redundante e innecesario. Pero en este mundo en que cada vez se lee menos y se opina más, en el que cada vez se piensa menos y se discute más, es enteramente necesario hablar sobre la importancia de la lectura.
Como todos los lectores, puedo precisar el momento que comencé a leer y las razones por las que amo la lectura. De mis primeros recuerdos de la infancia, aparte del nacimiento de mi hermana que le llevo 3 años y medio, es leer la Cartilla Fonética. “Ma, me mi mo mu. Pa pe pi po pu. La le li lo lu.” Aquello para mi era como magia. Que uniendo letras formáramos palabras, oraciones, que mas tarde fueron párrafos, paginas, libros. Era verdaderamente especial. Unido a ese recuerdo está el de ir con mi Madrina en guagua de la AMA al Viejo San Juan, a la Librería Campos.
Debo haber tenido 4- 5 años porque más tarde tanto mi Madrina, como mi mamá y una de mis abuelas aprendió a guiar y ya no tomábamos la guagua. Íbamos hasta la Plaza Colón, que en ese momento era como una especie de terminal de guaguas de la AMA y de carros públicos. Después de la parada obligada en “los chinos” de la Plaza Colón a comer helados, subíamos por la Calle San Francisco hacia la Librería Campos. Por alguna razón la recuerdo en La Fortaleza, pero buscando referencias, encontré que estaba en la San Francisco casi frente a La Barandilla.
Era un universo de papel, tinta, libros en sus mesas. Recuerdo que había un segundo piso y el ascensor era de los antiguos con el metal que se cerraba manualmente. Todo era parte del paseo y era casi como ir a Disney (que existía en California, pero todavía no en Florida). Era como ir a “los caballitos” que era lo más cercano a parque de diversiones. No sé si fue por diseño o por casualidad, pero desde ese momento he amado los libros, las librerías, las bibliotecas y cualquier espacio que venda, muestre, preste o celebre libros.
Se sorprenderían de escuchar que cuando hablo con algunas amistades sobre haber leído el libro tal o cual, alguna gente invariablemente me dice: “¿Cómo tienes tiempo para leer ese libro de 500 (300, 400, 700) páginas?” o mi favorita “¿Por qué leer y mejor no ver la serie en (Netflix, Prime, Hulu, HBO Max, et al)?” No sé cual de las dos me horroriza más. Porque para mí, leer es un ejercicio completamente distinto que ver una serie. Leer se puede hacer en silencio, con ruido, con luz o sin luz (sí, las veces que en los varios huracanes he leído con una linterna en mano), en la casa, en el baño, esperando en la oficina médica/laboratorio/Rayos X/mamografía, en la salud y en la enfermedad (también cuando tuve COVID-19 y no me dolía la cabeza leí bastante para entretenerme).
He leído en aviones, autobuses, carros (claro, yo no iba conduciendo), me parece que en trenes (el nuestro, el Tren Urbano y otros trenes). Claro, y mi favorito: En la playa. Nada me da mas placer que tener un libro en la mano y estar sentada en la sombra mirando el mar y respirando ese aire marino tan divino. En mi caso, leo en español y en inglés y hace muchas lunas, cuando todavía no se me había olvidado, también leía en francés (muy básico, mayormente la Paris Match). Leer se puede hacer comoquiera, dondequiera. Ver una serie son otros 20 pesos.
Para empezar, hay que tener un aparato con carga o electricidad- llámese televisor, computadora, tableta o teléfono. Segundo, tienen que haber electricidad y/o Wi-Fi. Cierto, muchas personas ven series esperando en oficinas medicas, en aviones, trenes y autobuses, en la enfermedad y en la salud. Posiblemente el equipo donde lo ven pesa menos que un libro. Pero la absoluta conveniencia y facilidad de agarrar un libro y leer es inigualable. Parte de la lectura es el placer de escoger lo que uno va a leer. Antes eso era un proceso de ir a una librería o biblioteca a escoger los libros, cosa, que hago y me encanta.
Disfruto mucho de pasearme por las librerías y mirar, ojear, apuntar en mi teléfono un título que me gusta, o comprarme uno que me llamó la atención. Hoy día también incluye el proceso de mirar en línea lo que hay de nuevo en diferentes plataformas y que se pueden adquirir y bajar a teléfono o la tableta. Les confieso que leo en mi teléfono, pero no lo disfruto tanto como leer un libro en papel. El pasar la página real, oler las páginas (uno de mis olores favoritos), dar hacia atrás y hacia adelante, a veces espiar la ultima página (no lo hago mucho y NO se debe hacer), o a veces releer un pasaje particularmente hermoso en un capitulo anterior es parte del placer de leer.
A veces nuestra selección no es la mejor. A veces el libro es horrible. A veces el vocabulario es rebuscado. A veces hay palabras que no conocemos y eso me pasa tanto en español como en inglés. Antes (como le digo a mis hijas “en la época de los dinosaurios”, o cuando no había el maravilloso mundo del “World Wide Web”) había que echar mano del diccionario para encontrar la definición. Hoy día, es tan fácil como buscar RAE en línea o el Webster’s Dictionary, y voila! (ven, todavía recuerdo algo de mi francés 101). Esto enriquece el vocabulario, y mejor aun, conocemos las distintas palabras en diferentes países de habla hispana e inglesa.
Gracias a la lectura, sé lo que es “parcero”, “meapilas”, “laburo”, “curro o currar”, entre otros. En inglés puedo entender lo que es un “lorry”, “lift”, “queue”, que tienen otros nombres en el inglés conocido y aprendido. Así cuando veo las series en todos esos servicios conozco las palabras (y no tengo que pausar para buscarlas). En todo caso, aunque el libro sea malo (y por supuesto, he aprendido que la vida es muy corta para leer libros que uno no disfruta), algo uno aprende del ejercicio. Sea que el autor es rebuscado en el lenguaje, o que la persona que te lo recomendó no comparte tus gustos (a veces pasa) o que el tema no es necesariamente tu favorito.
He leído libros que no me han gustado, a veces por disciplina, otras veces por necesidad (para una clase o para el Club de Lectura). Pero por lo general, si no me gusta, lo dejo. Ahora mismo estoy luchando con un libro de Stieg Larsson. En parte porque el señor ya no está entre nosotros. En parte porque solo escribió tres libros y son una trilogía. En parte porque era sueco y uno tiene que expandir sus horizontes. Voy por la página 138 de 509 y qué va, no doy pie con bola. No soy experta ni crítica de arte. Lo sé, no es él, soy yo. Otro día a lo mejor les cuento si lo terminé y si valió la pena. Hay una cita famosa del escritor Umberto Eco “la persona que no lee solo vive una vida. El lector vive 5,000 vidas. Leer es la inmortalidad a la inversa”. Suena como un tremendo cliché, aunque todos sabemos que los clichés están basados en la realidad.
Cuánta razón tiene el Sr. Eco. He vivido en la Segunda Guerra Mundial (en varios países incluyendo Inglaterra, Francia, Alemania), en la Guerra Civil Española, en la Guerra Civil de Estados Unidos, en la Edad Media en Barcelona, en la Barcelona de la “Belle Epoque”, en Puerto Rico de principios de siglo 20, en Puerto Rico a mediados del siglo 20, en Puerto Rico en tiempos de Ponce de León, en Argentina en época de Perón, en Australia en este siglo, en la Italia del Imperio Romano, en México en la época de la Conquista Española, en la España de Felipe II… podría seguir mencionando países y épocas diferentes.
En cada momento uno se transporta a esos lugares y tiempos, con la ventaja del desodorante y aire acondicionado, viendo lo bello y espectacular, a veces presenciando lo feo y lo malo, pero volviendo a la seguridad de nuestro hogar. Creo que soy mejor persona porque leo. Creo que tengo más empatía porque leo. Creo que puedo opinar que no todo es completamente blanco o completamente negro, vivimos y hemos vivido como seres humanos, muchos grises. No soy perfecta, pero soy mejor de lo que sería si no leyera, definitivamente.
Y a todos los que dicen “por qué no esperas la serie en (nombra tu sistema)” les digo: “Porque leerlo es mejor. Porque leerlo lo vivo, me lo imagino, me lo gozo y me lo sufro. Nada supera la alegría de la lectura. Ni siquiera (nombra tu sistema)”.
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Poema por Amaris Rodríguez Soto | Instagram
Ayer te vi vestida de lágrimas,
pero entre tanta lágrima vi tu valor.
Ayer te vi vestida de verde esperanza,
de ese azul cielo que jamás se verá en otro lugar.
Ayer te vi brillar a pesar del dolor.
Ayer te sentí tan dentro de mí
que junto a ti dejé mis lágrimas caer.
Ayer por fin entendí, que tú eres parte de mí.
Tú eres parte de mi esencia.
Ayer te vi vestida de lágrimas,
pero hoy prometo luchar por ti,
por regresar tu orgullo.
Ayer te vi con color esperanza,
pero pronto te veré blanca
porque lograré regalarte tu libertad.
Ayer vi tu cielo azul,
pero sé que pronto se torna rojo.
Rojo de lucha,
rojo de rabia,
rojo... Porque ¡ya basta!.
Ayer no entendía lo que eras,
pero hoy te comprendo entera.
Ayer no entendía por qué peleaba,
Hoy entiendo.
Es por ti.
Es por mí.
Por mis hijos.
Por mis ancestros.
Hoy entiendo, perdona mi tardanza.
Perdóname… mi isla del encanto.
Escrito por: Lola Ortiz | Instagram
Una noche de verano en Barcelona, un amigo y yo estábamos buscando un lugar para comer. Nos estábamos quedando por Sant Antoni y, al salir del apartamento, nos dedicamos a recorrer las calles y a ver… ver qué aparecía. Siempre que viajo me gusta adentrarme en el día a día de la ciudad, usar el transporte público, ir a pequeños restaurantes y tiendas llenos de locales. Siento que la experiencia es más real y me acerca más a la ciudad.
Al doblar una esquina, vimos un restaurante mexicano llamado Taco Taco y dijimos: "¿Por qué no?". A comer comida mexicana en estos rincones europeos tan lejos de todo. Al tomar esta decisión no teníamos ni la más remota idea de que esa noche viviríamos una de las mejores experiencias de nuestras vidas.
Al llegar, nos sentimos en un rincón de México, lleno de decoración y colores tal cual un pueblo o rincón mexicano. Las empleadas nos dieron el saludo de bienvenida y rápidamente nos ubicamos en una mesa en la que podíamos apreciar todo el local. Tan pronto vimos el menú la boca se nos hizo agua porque todo sonaba delicioso.
Decidimos pedir unos nachos para probar las diferentes salsas y hacer embocadura para los tacos. Los nachos estaban muy buenos, con las salsas aún mejor. Creo que esa fue la primera vez que me arriesgué a tratar tantas salsas en una misma noche. Luego, llegaron los tacos y el siguiente estaba mejor que el anterior. Era increíble que en aquel rincón de Barcelona estuviéramos comiendo comida mexicana auténtica.
Entre taco y taco, margarita y margarita comenzamos a hablar con los empleados del local. Casualmente, algunos caribeños, algunos latinoamericanos, todos unidos por la comida y la música. La música. La sorpresa que nos daría la música.
Cuando le dijimos a los empleados que éramos de Puerto Rico y que estábamos de visita en Barcelona gritaron al unísono: ¡"Puerto Rico! ¡La canción...!" ¿La canción? Mi amigo y yo nos miramos y nos reímos porque no entendíamos de qué canción nos hablaban.
Resulta, que una de las chicas llevaba mucho tiempo tratando de descifrar una canción que había escuchado hacía mucho tiempo y la cantaba un cantante puertorriqueño. Por más que trataba de recordar la lírica, la memoria le jugaba una mala pasada. Mi amigo le dice que se ha “salva'o’” porque yo sé muchas canciones… ¡Qué estrés! Creo que en ese momento se me olvidó hasta el nombre… ¿Qué canción sería esa? ¿Me sabré el título?
De la mesa nos movimos a la barra, margarita en mano dispuestos a resolver este misterio que atormentaba a este ser. Estábamos decididos, así tuviéramos que empezar a llamar a nuestros amigos en Puerto Rico.
Todos puestos en posiciones, ella comienza a tararear la canción varias veces. Mi amigo dice “no me suena…” Yo le digo, bajito, pero a mí sí... “Dale, tararéala otra vez” y ahí, algo conectó en mi mente. Le dije: "Pienso que este es el título", y ella me miró con cara de: “¿Estás segura?” y corrió a buscar la canción en internet.
Pues sí, esa era la canción. Una salsa. Al fin logramos salvarla de los juegos de la memoria. Para mí, esa ha sido una de las mejores noches como turista de vacaciones en una ciudad nueva. Conectado con los locales que intentan reencontrarse con sus raíces Latinoamericanas que dejan atrás. Esa noche, en un restaurante mexicano entre tacos y margaritas en una esquina de Barcelona, latinoamericanos y locales bailamos y celebramos con salsa puertorriqueña.
La magia de descubrir rincones inesperados en ciudades nuevas.
]]>Por: Libros787.com
En su primer libro de cocina, Maisonet recoge sobre 90 recetas, que incluyen recetas de su madre y su abuela, entre ellas tostones, pernil, arroz con gandules, pinchos, fricase de conejo, flan de queso, entre otras. El libro es un record visual de la comida puertorriqueña, sus ingredientes y sus técnicas.
Cuidadosamente, la autora detalla cómo surgió la cocina puertorriqueña. Incluye su profunda investigación para ofrecer a los lectores una comprensión más amplia del origen de los sabores de la isla y de cómo su comida, su cultura y su gente fueron moldeados por la inmigración, el conflicto y la colonización.
Lleno de fotografías de viajes y alimentos, Diasporican revela cómo la comida nos conecta con la inmigración, la historia, los conflictos y la colonización.
Ensayo por Jeremy Rivera Torres | Instagram
Fotografía por Adrianna De Jesús Salamán | Instagram
El gobierno de Luis Fortuño creó las exenciones tributarias en 2012 con la esperanza de infundir dinero a la economía de la isla y diversificar su bolsa de trabajo. Los fondos de cobertura gradualmente comenzaron a buscar un punto de apoyo en la isla, pero lo que realmente impulsó la avalancha de llegadas es la pandemia, que alejó a las grandes ciudades y popularizó el trabajo remoto, y la explosión en los criptomercados.
Los defensores de las exenciones fiscales lo describen no sólo como un impulso para una isla que ha estado sumida en la bancarrota durante más de cuatro años, prolongada por huracanes, terremotos y la pandemia, sino como una oportunidad para reinventarse. Aún así, la idea de estas extensiones es un tipo de neocolonialismo impulsado por el gobierno: las leyes solo se aplican a los que vienen del extranjero por lo que los residentes de toda la vida están en desventaja y no son elegibles para estos beneficios. Los inversionistas de alto patrimonio ahora tienen acceso a un paraíso fiscal hecho a su beneficio en nombre del desarrollo económico y generar empleos.
Se han hecho diversos estudios por economistas y se ha comprobado que las alzas en el índice de precio de la vivienda, que rondan 15%, “coinciden en tiempo y geográficamente” con el aumento en la concesión de decretos a inversionistas residentes y son más notables en áreas donde hay mayor actividad de alquileres a corto plazo, oportunidades de empleo y atracciones naturales, según Raul Santiago Bartolomei (Profesor de la escuela de planificación UPR). También el economista de premio nobel, Joseph Stiglitz indicó “La ley que otorga exenciones tributarias a las personas que se mudan a PR (Ley 22) está teniendo efectos negativos en lugar de estimular el crecimiento. Los beneficiarios están aumentando los precios de los bienes raíces y el costo de vida sin agregar mucho a la economía”.
En documentos oficiales de Estudios Técnicos establece que la Ley 22 solo ha creado 4,000 empleos, pero el DDEC no tiene datos sobre cuántas contrataciones han hecho los individuos que se acogieron al decreto. Incluso el documento habla sobre el gasto que le trae al gobierno de PR, establece que la Ley 20 le cuesta al gobierno $111 millones al año, pero estas empresas generaron $210 millones en cuatro años o $52.5 millones al año. Significa que esta ley solamente beneficia a las clases privilegiadas de nuestra sociedad mientras el resto del país tenemos que enfrentar las consecuencias de dichas leyes. Desde que fueron implementadas la ley 20/22 el desarrollo económico ha sido mínimo pero su impacto ha sido significativo en la isla por la alza de costo en viviendas quitándole poder adquisitivo a la familia puertorriqueña haciéndolo inaccesible comprar un hogar.
Nos están desplazando, nos toca a nosotros tomar acción.
San Juan: Más allá de las murallas es un documental que explora las historias y anécdotas que definieron la formación de la capital de Puerto Rico, narrado por el actor Ismael Cruz Córdova, y dirigida por Mariem Pérez Riera.
A través del documental descubrirás parte de la historia de la ciudad de San Juan, desde el traslado de Caparra hasta las diferentes invasiones a lo largo de los siglos. A través de recreaciones de momentos importantes de esta historia, de material de archivo y de los relatos de historiadores e investigadores, el espectador conocerá los acontecimientos más importantes en la capital de Puerto Rico.
Si al igual que yo tuviste la oportunidad de ver el documental y quieres profundizar en el tema, aquí te recomiendo 10 libros que te ayudarán a conocer con mayor detalle la historia de San Juan y algunas de sus figuras más importantes:
Acompañe a Carmen Rita Rabell en su recorrido por la investigación y el análisis de un documento histórico que, sin haberse destacado nunca antes, revela mucho de la idiosincrasia de la colonia y nos provoca a preguntarnos cuánto de lo narrado y expuesto en estas líneas aún persiste en nuestra isla de Puerto Rico, a la que no se llevó el holandés.
Instituto de Cultura Puertorriqueña
¿Quién es Celestina Cordero Molina? Es precisamente la gran ausente. Esta investigación de su legado como educadora, recoge y hace justicia histórica al silencio sobre su vida de nuestros historiadores puertorriqueños. La licenciada Zulmarie Alverio Ramos ha rescatado del olvido a otra mujer negra silenciada.
EDP University
1898: La guerra después de la guerra trata sobre las partidas llamadas “sediciosas” o de “tiznados” que en los meses después de la invasión norteamericana a Puerto Rico atacaron las fincas y las tiendas rurales, de españoles primero, y a la larga, de criollos. Las “partidas” constituyeron la más amplia y vigorosa manifestación de sentimiento popular como reacción al resultado de la Guerra Hispanoamericana en Puerto Rico.
Ediciones Huracán
En 1873, treinta mil seres humanos de Puerto Rico pasaron de la esclavitud a la libertad para fundirse rápidamente con la clase libre. Tres años más tarde, el negro entraba en pleno goce de sus derechos, en igualdad de condiciones con los blancos. Pero, ¿por qué nunca hubo un movimiento general de insurrección por parte de los esclavos? ¿Y cómo logra Puerto Rico emerger como un ejemplo admirable de democracia social, donde todos los hombres contribuyen con su esfuerzo al desarrollo del país?
Editorial de la Universidad de Puerto Rico
Tratado biográfico sobre el dramaturgo y escritor puertorriqueño Don Alejandro Tapia y Rivera (1826-1882)
Publicaciones Gaviota
Enseñar fue más que una vocación. En tiempos de esclavitud y represión, un esclavo liberto revolucionó la educación de un pueblo y dejó un legado que aún perdura. Su nombre: Rafael Cordero y Molina, mejor conocido como "El Maestro”.
Publicación Independiente
En la historiografía se había tenido el 1521 como el año de la fundación de la ciudad de San Juan de Puerto Rico. Ha sido la creencia general. Esta investigación demuestra que el año fundacional corresponde, realmente, al 1522. Independientemente de la rectificación de año, en esta publicación Francisco Moscoso reconstruye el proceso histórico de la época hurgando con minuciosidad en las motivaciones económicas, políticas y ambientales que justificaron la mudanza de la capital de Caparra a la Isleta de San Juan. El autor discute los cambios políticos en la metrópoli y las Antillas coloniales, la naciente rivalidad imperialista entre España y Francia, la primera epidemia de viruela en Puerto Rico, y la introducción masiva de esclavos negros. De ellos destaca su esfuerzo extraordinario en el levantamiento de las obras iniciales de la ciudad, incluyendo los retos para el suministro de agua para el funcionamiento de la nueva capital.
Ediciones Laberinto
Fuerte del Espigón: Construido antes de San Cristóbal, probablemente entre el 1600 y 1630, para evitar desembarcos por la playa que protegía. Conocidos también como Taxamar porque se adentraba en el mar. La construcción de San Cristóbal dejó al Espigón aislado y fuera del castillo. La forma es triangular con una garita de vigilancia en su punta. Lugar aislado del que se mencionaba que los guardianes desaparecían durante la noche, dando lugar a la leyenda de la Garita del Diablo.
Publicación Independiente
A través de los años, Fernando Picó, ha compartido con nosotros una serie de escritos sobre diversos pueblos y comunidades de Puerto Rico. No pensemos que escribió un libro sobre Santurce por haber nacido allí. En su nueva obra dirige su mirada a una comunidad muy importante y conocida que llegó a ser representativa de una época muy particular en nuestra historia: el Santurce de los años 30, 40 y 50 del pasado siglo.
Ediciones Huracán
Otros libros de referencia:
En resumen, hay muchos libros que pueden ayudarle a conocer mejor la ciudad de San Juan. Escríbenos en los comentarios si tienes alguna otra recomendación de libros para seguir aprendiendo sobre nuestra historia.
Si aún no has visto el documental San Juan: Más allá de las murallas, te invito a acceder la página web de Caribbean Cinemas para que te enteres en qué cine cerca de ti la están mostrando.
Entre el talento actoral que forma parte de las recreaciones se encuentra Israel Lugo, Joaquín Jarque, Katiria María, Mariangelie Pérez, Miguel Difoot, Cecilia Arguelles, Jessica María y Naomi Bonafoux, entre otros.
Uno de los libros que saqué fue Guayama: notas para su historia de Jalil Sued Badillo. Desde que leí La mujer indígena y su sociedad de Jalil Sued Badillo me quedé con la sed de leer más y más de este fabuloso historiador.
La región de Guayama está habitada desde el 325 A.C. Nos dice Badillo que Cayo Cofresí es el yacimiento arcaíco más antiguo y eran pescadores y recolectores de moluscos que vinieron por Vieques desde Venezuela (p.20).
El libro está lleno de maravillosos datos y gráficas del pueblo de Guayama desde el Siglo XVI. Primero, Guayama comprendía también Patillas y Arroyo. Por ser un puerto se dedicaron al contrabando de esclavos, corambres, malagueta, tabaco, conchas de carey, café y hasta pimienta de Tabasco. Muchos extranjeros, corsarios y piratas también entraban sin registrarse. Para el Siglo XVIII la población era mayormente extranjera: daneses (Lind y Huyke son los apellidos más conocidos), holandeses, franceses, alemanes, venezolanos, ingleses y americanos.
Me pareció fascinante los datos sorprendentes que Sued Badillo recopila sobre las mujeres. Ya en el Siglo XVI se menciona a Doña María de Orozco, hija del regidor Diego Ramos, una criolla nacida en Santo Domingo, que enviudó dos veces y administraba sus extensos bienes en el Valle de Guayama, tierras cercanas al Río Patillas y en el Valle de Guamaní. Nos dice Sued,
“Es la figura de mayor continuidad en el proceso poblador de Guayama en el Siglo XVI” (p. 40)
Durante el ataque de los Caribes de 1567 Doña María perdió varios bohíos llenos de corambres en Guamaní. En el 1570 es acusada y multada por el Gobernador Francisco de Solís por la compra clandestina de esclavos africanos a traficantes portugueses (p 40).
En el 1846 se hace una “Estadística y censo de almas” que menciona que había muchas jefas de familia en total 38, de las cuales 23 eran viudas, 9 madres solteras y 5 mujeres solteras y pertenecían al sector indígena. (p61)
Esto de penalizar a las madres solteras y estigmatizar a los hijos llamándolos bastardos o hijos naturales es solo un intento más del patriarcado español para imponerse y mantener en cintura a las mujeres. En la sociedad taína no existe tal cosa como hijo bastardo. Al contrario, los únicos hijos legítimos son los de las mujeres, pues la paternidad no es aparente ni se puede probar. Solo se sabe a ciencia cierta quién es la madre, no el padre. Era una sociedad matrilineal dónde los únicos que podían heredar el cacicazgo eran los hijos de la hermana del cacique.
Entonces, este intento futil español por controlar y estigmatizar nunca tuvo arraigo en el pueblo puertorriqueño. Veo en la gran cantidad de jefas de familia un vestigio de la sociedad taína. Incluso hoy día las mujeres seguimos siendo un 42% de las jefas de familia, según cifras del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico para el 2021. Ese patriarcado español impuesto nunca pudo erradicar del todo el fuerte matriarcado indígena criollo.
En el Siglo XIX aparecen varias mujeres en posiciones destacadas. De 24 principales contribuyentes al sector agrícola dos son mujeres: Josefina Curet del Barrio Machete con 4,059 pesos y Catalina Curet de Machete con 2,297 pesos. (P 68) Tal vez hermanas o madre e hija…
En la Relación de haciendas y hacendados 1825-1865 aparecen tres mujeres dueñas de haciendas: la criolla Ana María Ortiz de Hacienda La Ana en Jobos, Baltazara Rodríguez de la Hacienda La Baltazara en Jobos y Sucesión Joaquina Ortiz de Hacienda La Carmen en Jobos.(p 82)
En la página 99 figuran Catalina y Josefa Curet entre los principales dueños de esclavos en el 1872 con 82 esclavos; Inés Suliveras con 20 esclavos y María José Vazquez de Texidor con 16. Como ven, las mujeres no eran ningún sexo débil pues participaban de lleno en la cruel institución esclavista.
Comparto estos datos para subrayar que la herencia indígena nos dio las bases para las mujeres fuertes que componen nuestra sociedad. No importó la represión, el control y la limitación de la educación y oportunidades que la sociedad española criollizada nos quiso imponer, siempre hubo y habrá mujeres destacadas al mando de sus vidas. Las mujeres podían ser cacicas y bohíques en la sociedad taína. Al principio de la colonización, los españoles arribistas usaron a las indias cacicas para casarse y obtener tierras, indios encomendados y poder. Luego en el Siglo XIX, la sociedad patriarcal intentó arrebatarle su libertad y poder de ser jefa de familia a la mujer con El Régimen de la Libreta. El Reglamento de 1864 de Jornaleras estipula que jornalera es,
“Toda mujer que se ocupe en el lavado, cocina y servicio doméstico de una familia, sea soltera o casada. Cuando una Jornalera tenga hijos de menos de 14 años, y su salario no fuera suficiente para mantenerlos, la Autoridad cuidará de entregarlos a vecinos honrados a que les enseñasen la doctrina cristiana y a trabajar por el tiempo que juzgase prudente y no podrán sus madres sustraerlos de sus casas sin justificar que les dan maltrato…”(p138)
El Régimen de la Libreta fue una verdadera afrenta a los derechos humanos, un intento de volver al feudalismo de antaño o expandir la institución de la esclavitud, atando a los siervos a la tierra y al Señor. Intentaron erradicar el derecho básico de las madres a educar y criar sus hijos. Tristemente, sabemos que este derecho de criar sus hijos no existía para las negras esclavizadas. Con la libreta de jornada el gobierno español intentó esclavizar también a las personas libres que eran pobres.
Sin embargo, la mujer no dejó de tener prominencia y ser jefa de familia en la sociedad puertorriqueña.
En la Relación de las últimas haciendas azucareras de Guayama 1896-1902 aparecen Catalina Curet de la Hacienda Felicidad en Machete con 100 bocoyes, Josefina Curet de la Hacienda Santa Elena en Machete con 47 bocoyes y Rufina Molinaris de la Hacienda Mercedes en Machete con 198 bocoyes (p83).Ya en el 1952, Obdulia Velazquez fue alcaldesa de Guayama(p 118). Me llena de orgullo saber que éstas mujeres aguantaron y sobrellevaron sus negocios incluso más allá del cambio de soberanía, cuando tantos otros habían fallado.
Todo esto me lleva a concluir que aunque la conquista desmanteló la sociedad taína, no pudo erradicar algunos conceptos tan intrínsecos y arraigados como el matriarcado, las jefas de familia y las mujeres fuertes al mando de sus vidas.
En el microcosmos de Guayama vemos la evolución de toda la isla como un tirijala entre represión y control versus la libertad y empoderamiento individual que incluye la lucha de la mujer por controlar su vida.
]]>Eran las 12 del mediodía de aquel sábado cuando Ana María despertó de golpe en su oscuro cuarto. Estaba acostumbrada a levantarse temprano, pues su rutina de los sábados lo ameritaba. Pero esta vez no escuchó la alarma que siempre le susurraba a las 6 a.m.; su cuerpo necesitaba descansar. Las dos horas corriendo diariamente, las clases de ballet tres veces en semana, más la cuica en las tardes, estaban haciendo estragos.
Con un golpe de adrenalina, Ana María se levantó de su cama, y recogió la docena de cabellos que quedaron en la almohada. Aunque consideraba que estaba tarde para cumplir con su rutina monacal, como quiera procedió a pesarse, algo que hacía siempre al levantarse.
—¡¿105.8?!—exclamó Ana María aterrada.
Quizás era hinchazón, agua o el plato de ¼ taza de arroz con tres habichuelas que su amiga Irene le obligó a comer el día anterior, pero para Ana María esto era un tropiezo muy grande en su meta. Corrió despavorida al espejo gigante que tenía en la puerta del clóset. Su reflejo confirmó enormes caderas, muslos, celulitis y una barriga flácida que colgaba tapando sus partes íntimas. Trató de hundir la barriga para ver si al menos podía ver alguna de sus costillas, pero apenas pudo aguantar la respiración por más de dos segundos. Sintió un nudo enorme en su estómago al ver aquella imagen tan asqueante e, inmediatamente, corrió al baño.
Ese sábado era el más importante de su vida; el recital que definiría lo que sería el resto de su trayectoria como bailarina de ballet. En este recital, prestigiosas compañías alrededor del mundo estarían observando cuáles chicas tenían la capacidad y el talento para formar parte de su cuerpo de baile; un evento que se daba muy pocas veces en la vida. Ana María era muy buena bailarina; al verla simplemente no podías quitarle los ojos de encima. Su técnica, estilo y gracia hacía llorar de la emoción hasta el corazón más rocoso. Pero aparentemente sus 135 libras de fibra muscular muy bien distribuidas, pero atrapadas en un 4’11”, representaba un problema si verdaderamente quería algún día ser bailarina profesional.
Ana María salió del baño e inmediatamente miró su reloj. Ya era la 1:00 p.m., algo tarde considerando que a las 3:00 p.m. debía comenzar a alistarse para el recital. Rápidamente, se puso su inmensa ropa de correr y sus tennis gastadas. Estaba fatigada, por lo que de pronto dudó si era necesario correr ese día. No obstante, volvió a mirar su imagen repugnante en el espejo y esos brazos asqueantes que colgaban. Ese .8 tenía que desaparecer.
Apenas pudo correr cinco minutos. El cansacio era real y el estómago ardía en llamas. A medida pasaban los segundos, los jugos gástricos subían y bajaban por su esófago, calentando su garganta y llenándola de un sabor amargo y repulsivo. Llegó hasta el parque de su condominio para, al menos, hacer un poco de cardio de bajo impacto. Se visualizó bailando en Nueva York, París, Moscú y Beijing, siendo Odile haciendo sus 32 fouettés en el Lago de los Cisnes. 15 años bailando y ninguna lesión tienen que valer la pena. Mientras pensaba en todo eso, sus ojos saltones hicieron juego con la sonrisa que marcó su pálido rostro.
Eran las 2:00 de la tarde. Al subir a su apartamento, Ana María posó frente al espejo gigantesco que daba para la puerta de entrada. Un mareo invadió su cuerpo, pero ella no dejó que se apoderara. Alzó su camisa, observó su barriga, muslos y caderas. ¡Parece que el .8 no había desaparecido! ¡¿Qué es esto?! Dio un suspiro de frustración mientras escuchaba abrirse la puerta de entrada a sus espaldas.
—¡Ana, llegué! ¿Ya estás read... Pero chica, ¡si tú ni te has baña’o! —exclamó Irene.
—Me levanté tarde.
—Pues avanza que eso es a las 5:00 p.m.. Loca, ¿tú estabas corriendo? Te dije que le bajaras a esa pendejá.
Ana María sintió odio, al escuchar eso. Se preguntó cómo era posible que su mejor amiga no entendiera que tenía que quemarse, darle más fuerte a los ejercicios; que ni mucha agua podría tomar, pues el .8 se negaba a desaparecer. Qué iba a entender Irene si ella era flaca sin ningún tipo de esfuerzo.
—Ayer lo que comiste fue mierda. Te traje una ensalada con to’ los powers; hasta gente tiene. Ponte a comer que estás más jalá que un timbre 'e guagua —le dijo Irene al notar su cara.
—Tengo el estómago cerra'o, pero me la como después de bañarme.
—Pues claro que vas a tener el estómago cerra'o...
Ana María rodó sus ojos con furia y la ignoró. Quería decirle muchas cosas a su amiga, pero sabía que no lo comprendería. Es que nadie entiende de verdad los sacrificios que hay que hacer por lo que uno quiere. Se fue al baño y se quedó un rato mirando el agua salir por la regadera. Tardarse era la excusa perfecta para decir que no le dio tiempo a comer y que por eso no lo hizo. Respiró profundamente tratando de calmar su ansiedad, no solo por el recital, sino por la comida que le estaba esperando en la cocina. Observaba su cuerpo desnudo; sus abominables brazos, piernas de elefante y abdomen renacentista. La grasa se desbordaba por todas partes, provocando asco, repudio… Náuseas. Ana María arqueó varias veces, pero no salió nada. Miró su dedo índice y lo puso en su boca, a ver si eso le provocaba sacar la pelota de ácido que bloqueaba su garganta, pero el momento fue interrumpido por un golpe constante en la puerta.
—¡Ana! Te estás tardando mucho. ¿Qué pasa? —Exclamó Irene.
—Salgo ahora.
Ana María apagó la ducha y salió del baño envuelta en la toalla. Irene vio cómo la clavícula de su amiga salía por su pecho. Cuando dio la vuelta, pudo ver cada una de sus cervicales pronunciadas a través de su fina capa de piel. Se sintió culpable, por no estar más pendiente de ella; de estar trabajando 12 horas en un hospital, tener los horarios invertidos y apenas cruzar unas palabras antes de irse a la faena diaria. Sabía que estaba obsesionada con correr y que casi no estaba comiendo, pero no había notado la gravedad del asunto. Sintió angustia por haberla dejado tanto tiempo sola sabiendo que su amiga era impulsiva, terca y capaz de cualquier cosa para lograr su objetivo.
Mientras tanto, Ana María ya estaba vestida con su leotardo color piel y medias color rosa que irían debajo de un vestido verde esperanza. Le quedaba inmenso, pero nada que varios imperdibles no pudieran resolver. Se puso una sudadera y una camisa, pues el traje estaba ya en el teatro.
—Maquillaje, pestañas, curitas, conejitos y puntas. Estamos —repasó Ana María.
Ana María salió del cuarto e Irene la esperaba en la sala. Sintió la emoción de la primera vez que pisó una academia de ballet, transportándola a aquella mañana a sus 7 años, cuando la música clásica invadió su ser.
–Ready, ya podemos ir...
De pronto, esa emoción fue opacada por el plato de ensalada que Irene aguantaba en su mano, listo para ser devorado por Ana María. Suspiró decepcionada, pero no estaba para pelear. Optó por agarrarlo y comérselo a empujones. Cada pedazo de pollo, cada tomate y cada espinaca se deshacían en una encía sangrante y lastimada, mientras bajaban por un conducto quemado y casi cerrado que conducía hacia el estómago. Irene no le quitaba la vista de encima, pues necesitaba asegurarse que su amiga se echó algo al cuerpo, no tanto porque fuera importante tener la barriga llena, sino para tratar de sentirse menos responsable por la salud de su amiga.
Eran las 5:00 de la tarde. Ana María ya estaba vestida con su traje bastante ceñido al cuerpo. Una de sus compañeras logró ajustarlo con unas pequeñas puntadas, pues este bailaba un poco en la diminuta figura de Ana María. Las demás chicas estaban ansiosas, preguntándose quiénes serían las afortunadas en conseguir aquella oportunidad en escenarios internacionales. Ana María se sentó a la orilla de una silla, frente a un espejo iluminado. Sus rabos negros en los ojos, las pestañas largas y los labios rojizos eran solo pintura en una superficie deteriorada. Aquellos ojos que se achicaban dentro de una cara redonda, con pómulos pronunciados, ya no existían; solo habían ojos cadavéricos y unas mejillas deshidratadas. Ana María se acercó al espejo a mirarse con detenimiento y repasó cada una de las partes de su reflejo. Su cuello por fin era largo como el de un ganso; sus hombros estrechos y huesudos. Observó sus manos pálidas, con dedos muy delgados. Cada vez que respiraba podía sentir su caja torácica casi rompiendo su piel y una pelvis pronunciada que solo el tutú de plato podía ocultar. Fue en ese momento que Ana María sintió la gloria de su esfuerzo; que cada sacrificio tiene su recompensa. Cerró sus ojos satisfecha, pues ahora los del mundo estarían puestos en ella.
]]>Ya que "el que lo hereda no lo hurta", una de mis mejores lecturas recientes ha sido este hermoso libro escrito por el hijo de Gabriel García Márquez, Rodrigo García, en el que éste hace un recuento sobre los últimos días de vida del querido Gabo. Nunca pensé que conocería detalles de esos días tan tristes e íntimos, pero le agradezco a Rodrigo García el haber expuesto, tan honestamente, una parte tan difícil de su vida familiar, y que haya contado con tanta elegancia sobre esos últimos momentos con su padre.
Este es un libro difícil de leer, porque no es fácil conocer cómo fue desapareciendo poco a poco el genio creador de tantas historias entrañables, e imagino que fue un libro difícil de escribir por el peso enorme de expresar en papel el dolor de perder a un padre que ha sido una figura tan influyente para tantos lectores del mundo entero.
Perder al Gabo dolió mucho; conocer detalles de sus últimos días de vida duele un poco más, pero le agradezco a Rodrigo García por compartir el dolor de esta pérdida de la cuál, después de leer estas páginas, me siento parte también. Gracias por acercarme más al Gabo que tanta sabiduría dejó en sus obras, y hacerme sentir como si hubiera perdido también un padre o un abuelo que ya no contará historias jamás. Gracias por compartir fotos familiares tan personales y bonitas. Gracias, también, por retomar, en este relato, parte de la simbología de la obra de su padre, como el amarillo de las mariposas y las rosas, que tanto le gustaban al Gabo. Y muchas gracias por compartir casualidades inverosímiles como el hecho de que tanto el personaje de Úrsula Iguarán en Cien años de soledad muriera un Jueves Santo y que “pájaros desorientados se estrellaban como perdigones contra las paredes y rompían las mallas metálicas de las ventanas para morirse en los dormitorios”.
Rodrigo cuenta que su padre no sólo murió en Jueves Santo, sino que:
“Más tarde esa mañana, aparece un pájaro muerto dentro de la casa… Las paredes son de vidrio, así que se presume que el ave entró volando, se desorientó, se estrelló contra el vidrio y cayó muerta en el sofá, más precisamente en el sitio donde mi padre suele sentarse…” p. 53.
Finalmente, Rodrigo García comparte también sobre la pérdida de su madre, y deja muy claro que ella nunca fue una extensión del Gabo, sino una institución en sí misma, la "Jefa Máxima" de la familia; y que poseía una personalidad que nunca se diluyó en la inmensidad del personaje legendario que fue su esposo.
Este es un libro contado con mucha valentía y candidez. Rodrigo García expresa su tristeza y, tal vez, remordimiento por no haber completado un proyecto conjunto con su papá. ¡Cuántos de nosotros no nos sentimos igual al perder un ser querido! Espero que en el futuro Rodrigo García continúe contando historias y llenando de orgullo a su padre; personalmente, creo que este libro cuenta como el proyecto que no llegó a completar con él.
]]>Ensayo por Raúl J. Feliciano Ortiz
En Estados Unidos, no hubo una ley real que prohibiera el trabajo infantil hasta 1938. En el Censo del 1900, el 6% de lxs trabajadorxs eran niñxs (Fisk, 2003). A estxs se les pagaba menos que al resto de lxs trabajadorxs, se les podía poner a trabajar más de 12 horas al día y no había ley alguna que lo impidiera. Afortunadamente, Estados Unidos entendió lo salvaje de esta práctica y, a final de los 1930s, lo prohibió (U.S. Department of Labor, n.d.).
Igualmente, en las décadas de los 1930 y los 1940 era común utilizar productos de belleza y “salud” que contenían elementos radioactivos. Por ejemplo, el Radithor, un agua que contenía partículas de radio y que causó la muerte de un hombre que se la recomendaba a todo el mundo a su paso (Jorgensen, 2016). En aquel momento no se comprendían bien los efectos de la radiación. Estos productos, por suerte, ya no existen.
La lista de cosas que se hacían en el pasado, que hoy día sabemos que son peligrosas o letales, es enorme. Podríamos hablar de cómo hasta 1990 se podía fumar en los aviones (Reed, 2015). También podríamos hablar de los juguetes que han sido responsables por muertes y heridas como los dardos de patio, que finalmente fueron prohibidos en 1988 (Sawyers, 2010).
Es probable que, en cada uno de esos casos de prohibición, algún sector se haya opuesto y haya tratado de acusar a las comunidades científicas, médicas y hasta a lxs legisladorxs que crearon estas leyes de “histéricxs”. Después de todo, si algo nos ha enseñado la pandemia del COVID-19 es que este grupo de personas siempre existe y siempre ha existido (por algo había grupos anti-máscaras similares a los de hoy día durante la pandemia de la influenza española del 1918, Little, 2020). Sin embargo, la historia, la ciencia y el tiempo les ha dado la razón a todas esas prohibiciones.
Hoy nos enfrentamos a otro tipo de prohibición de materiales dañinos: la eliminación o regulación de textos mediáticos populares o comunes en el siglo 20. El año pasado, la compañía Warner Brothers anunció que retirarían al famoso zorrillo acosador, Pepe le Pew. Lejos de recibir la noticia como algo beneficioso para la niñez que se levanta, muchas personas de mi generación y las anteriores (Boomers, X y los Millenials mayores) entraron en furia colectiva y acusaron a Warner Brothers y al progresismo (cosas que no son sinónimas, por cierto) de “histéricos”, de “ultra sensitivos”, de ser la “generación de cristal”, etc. Sería graciosa la ironía de esta histeria colectiva que tienen quienes acusan de histéricos 1 a otrxs, si no fuera por las connotaciones problemáticas que tiene ese meltdown.
Imagino que habrá algunxs lectorxs que al ver que comparo a Pepe Le Pew con el trabajo infantil, con la radiación o con juguetes que, literalmente, mataron personas, me tildarán automáticamente de exagerado e histérico a mí también. Pero es importante dejar las cosas claras. No argumento que ver una caricatura de Pepe Le Pew va a matar a nadie, ni que va a convertir a un niño en un violador de un día para otro. Los efectos de los medios de comunicación, normalmente, no funcionan así. Pero si bien hay que dejar esto claro, también es importante notar que comparar la exposición a programas o personajes nocivos a la exposición peligrosa de la radiación tampoco es tan descabellado. En efecto, no sería yo el primero en hacerlo. Darnell Hunt, director del Centro de Estudios Afroamericanos Ralph J. Bunche en la Universidad de California en Los Angeles, dice:
We’re pretty confident that, the more TV you watch, the more media you consume, the more likely it is that media ― almost like radiation ― builds up. And the accumulated effect is to make you feel that what you’re seeing is somewhat normal (citado en Boboltz, S., & Yam, K., 2017, párrafo 4)
Por eso es que Charles Blow, columnista del New York Times, dijo, con mucha razón que Pepe Le Pew ayudó a normalizar la cultura de la violación. Blow mismo resumió su argumento en dos tuits:
¿Y por qué se nos hace tan difícil creer esto? Estamos hablando de una caricatura que nació en plena mitad del siglo 20, cuando los periódicos y las revistas publicaban anuncios (supuestamente humorísticos) como estos:
¿Acaso es difícil creer que Pepe Le Pew es producto directo de la misoginia y del machismo de mediados de siglo 20? No hay forma real de defender que esa visión de mundo se siga perpetuando en esta década. Entonces, ¿por qué tanto revuelo por una cosa que desde lejos se nota que es obvia?
Hay varios problemas dentro de este episodio. Primero, tenemos varias generaciones de personas que tienen una atadura emocional a estos textos mediáticos. Como Pepe Le Pew es una caricatura que se comenzó a hacer en los años 40, hay al menos tres generaciones de personas que crecieron con este personaje y muchas de ellas miran este personaje no a través del ojo crítico del análisis y las investigaciones que se han hecho durante décadas, sino con la nostalgia de su niñez. La nostalgia, emoción que puede ser importante en algunas instancias, también puede ser dañina porque distorsiona la realidad y la suplanta con emociones positivas que asociamos con “tiempos mejores” o “tiempos más simples.”
Segundo, aceptar que nos criamos con materiales perniciosos nos obliga a aceptar cosas problemáticas de nosotrxs mismxs. Aceptar que, durante las épocas más vulnerables de nuestras vidas, aprendimos valores torcidos y tóxicos nos obliga a reevaluar nuestros principios y nuestra forma de ver el mundo. Esto, efectivamente, no es una tarea fácil. Se lo digo con conocimiento de causa pues gran parte de mi carrera y de mi vida adulta las he tenido que emplear en desaprender muchas de las cosas que aprendí en la escuela primaria y secundaria, en los programas de televisión de mi niñez y en mis relaciones con amistades durante mi niñez y adolescencia. Es mucho más fácil esconder nuestra mirada y decirnos que esas cosas no nos afectaron. “Yo me crie con esos muñequitos y yo nunca he violado a nadie” es una de las defensas más falaces que argumentan lxs defensorxs de estos textos, con tal de probar que eso no hace daño a nadie. Lo mismo podríamos decir de todos esos productos peligrosos que quedaron prohibidos: “yo jugué con esos dardos y nunca me morí” o “yo tomé Radithor y nunca me pasó nada”. Y es que las cosas no funcionan así. Efectivamente, no todas las personas que consumieron esos productos peligrosos sufrieron daños, pero 1) mientras más se consume o más se usa, más aumentan las probabilidades de sufrir daños y 2) a veces el daño no ocurre en un solo golpe, sino como producto de la acumulación. Si bien es cierto que no todas las personas que consumieron Radithor o jugaron con los dardos de patio murieron, eso no quita la peligrosidad del producto y la necesidad de sacarlo del mercado.
Pero lo más importante de todo es que cuando hablamos de asuntos ideológicos, no es tan fácil diagnosticar los problemas. Es (muy) posible que, si bien usted no creció y se convirtió en un violador, usted haya participado de acciones que les han hecho la vida difícil y peor a muchas mujeres aun sin usted saberlo. Luego de que el movimiento #MeToo tomó vida en Hollywood y en muchos otros lugares de trabajo, la organización sin fines de lucro Stop Street Harassment (2019) comisionó un estudio nacional en Estados Unidos sobre todo tipo de acoso sexual y encontró que el 81% de las mujeres reportaban haber sido víctimas de algún tipo de acoso sexual. Esto incluye formas menos graves como comentarios o chistes sexualizados (77% de las encuestadas reportaron ser víctimas de esto) hasta formas más graves como haber sido perseguidas físicamente (34%), haber sido tocadas sin consentimiento (51%) y haber sido violadas (27%). Estos números confirman las tendencias encontradas en otros años por la CDC (2018).
Quizás la única pregunta legítima que se puede hacer al respecto es: ¿tenemos que eliminar estos textos, estos personajes, completamente de nuestra memoria colectiva? ¿Es saludable borrar el pasado de esa forma? No creo que la solución sea eliminar todo este material completamente de raíz, hacer como que nunca existieron. No. Estos materiales tienen un lugar en nuestra historia; tomados en contexto y en conjunto, cuentan una historia de nuestras sociedades. Ayudan a explicar los problemas que tenemos, las actitudes con las que hemos batallado y nos recuerdan cuáles han sido los errores que hemos cometido para no caer de nuevo en ellos. Además, es igualmente posible que tengan otras enseñanzas valiosas que darnos. Sin embargo, estos materiales no se deben dejar a la libre sin ninguna contextualización, sin explicaciones, sin análisis, etc. y en algunos casos, como el de un personaje irredimible como Pepe Le Pew, no se deben ni tratar de reformar. Es hora de que el zorrillo se retire. Por eso compañías como Disney y Warner Brothers han decidido poner anuncios que expliquen claramente lo que se está consumiendo. Por ejemplo, Disney puso en su plataforma de streaming Disney+ todas las temporadas del Show de los Muppets. pero a 18 episodios de este programa, les puso un aviso:
Este programa incluye representaciones negativas o maltrato de personas o culturas. Estos estereotipos estaban mal antes y están mal ahora. En vez de eliminar el contenido, queremos aceptar el impacto negativo que tienen, aprender de ello y entablar un diálogo para crear un futuro más inclusivo juntos. (Kiefer, 2021, traducción mía)
Warner Brothers va más allá. La compañía eliminó temporeramente de sus archivos la película Gone with the Wind para asegurarse de que cuando la pusieran de nuevo pudieran darle la contextualización necesaria. Si usted busca Gone with the Wind en HBOMax (la plataforma streaming de Warner Brothers) antes de ver la película sale un video de 4 minutos en el que la académica de cine Jacqueline Stewart explica cómo la película glamoriza la esclavitud en el sur de los Estados Unidos. Además, en los materiales de bono, hay un panel de una hora que se titula “The Complicated Legacy of ‘Gone With the Wind.'” (Spangler, 2020)
Aparentemente, ni siquiera esto apacigua la crítica. La cadena televisiva norteamericana Fox News dedicó múltiples segmentos a quejarse de una supuesta conspiración progresista para eliminar todo con lo que no están de acuerdo (Baragona, 2021). Y aquí nos damos cuenta de que toda esta histeria no tiene que ver con la censura, ni con la idea de preservar la historia, ni nada de eso. Ni Disney ni Warner Brothers eliminaron el contenido, simplemente le añadieron un poco de contexto y dejaron claro que hay cosas ofensivas en estos textos (¡que las hay! Hay cosas sexistas, racistas, entre otras.) Entonces, la queja es simplemente el hecho de que han perdido el privilegio de poder burlarse o de maltratar a las mujeres, a lxs latinxs, a las personas negras, a la gente lgbttq+, etc. Porque si de censura e imposición ideológica se trata, podríamos hablar de Ron deSantis y Greg Abott y todas las leyes que han hecho prohibiendo y dictando lo que se puede enseñar en los salones de clase de Florida y Texas, respectivamente. Sus visiones de mundo torcidas han quedado expuestas para que todo el mundo lo sepa y ya no se pueden esconder. La agenda queda clara.
Referencias
Baragona, J. (2021, febrero 22). Fox News Absolutely Freaks Out Over Disney+ ‘Muppets’ Disclaimer. The Daily Beast. https://www.thedailybeast.com/fox-news- absolutely-freaks-out-over-disney-muppets-disclaimer Accesado el 4 de junio de 2022.
Boboltz, S., & Yam, K. (2017, febrero 24). Why On-Screen Representation Actually Matters. HuffPost. https://www.huffpost.com/entry/why-on-screen-representation- matters_n_58aeae96e4b01406012fe49d Accesado el 4 de junio de 2022.
Fisk, D. (2003, enero 30). American Labor in the 20 th Century. US Bureau of Labor Statistics. https://www.bls.gov/opub/mlr/cwc/american-labor-in-the-20th-century.pdf Accesado el 4 de junio de 2022.
Kiefer, H. (2021, febrero 22). Why Do 18 Episodes of The Muppet Show Come With a Content Warning on Disney+? Vulture. https://www.vulture.com/2021/02/18-muppet- show-episodes-have-a-content-warning-on-disney-plus.html Accesado el 4 de junio de 2022.
Little, B. (2020, julio 17). When Mask-Wearing Rules in the 1918 Pandemic Faced Resistance. HISTORY. https://www.history.com/news/1918-spanish-flu-mask-wearing- resistance Accesado el 4 de junio de 2022.
Jorgensen, T. J. (2016, noviembre 10). When energy drinks contained real (radioactive) energy. CNN. https://www.cnn.com/2016/11/10/health/energy-drinks-radioactive Accesado el 4 de junio de 2022.
Reed, T. (2015, febrero 24). Twenty-five Years Ago, U.S. Airlines Banned Smoking On Domestic Flights. Forbes. https://www.forbes.com/sites/tedreed/2015/02/24/
twenty-five-years-ago-u-s-airlines-banned-smoking-on-domestic-flights/?sh=fe1d3ee54070 Accesado el 4 de junio de 2022.
Sawyers, H. (2010, febrero 24). The Story Behind 5 Banned Toys and Games. Popular Mechanics.
https://www.popularmechanics.com/technology
/g264/4347051/ Accesado el 4 de junio de 2022.
Spangler, T. (2020, junio 24). HBO Max Restores ‘Gone With the Wind’ With Disclaimer Saying Film ‘Denies the Horrors of Slavery’. Variety. https://variety.com/2020/digital/news/gone-with-the-wind-hbo-max-disclaimer-horrors- slavery-1234648726/ Accesado el 4 de junio de 2022.
Stop Street Harassment. (2019, abril 30). National Studies. https://stopstreetharassment.org/our-work/nationalstudy/ Accesado el 4 de junio de 2022.
U.S. Department of Labor. (n.d.). Child Labor. https://www.dol.gov/agencies/whd/child- labor. Accesado el 4 de junio de 2022.
]]>Sé que es inevitable, sé que es seguro, sé que forma parte de la vida, pero me entra un cosquilleo y una sensación terrible el pensar que no eres para siempre. Parecería que fue ayer cuando me reprendías por desordenarte el periódico o por hacer un desastre en la casa con mis juguetes. Ya los tiempos han cambiado, yo crecí, tu cabello está más gris, tu intensidad ha bajado y la realidad es que paso menos tiempo contigo, pero es que esta vida a veces no me lo permite. Quisiera echar hacia atrás el reloj, aunque fuera por un día y volver a disfrutar el caminar tomado de tu mano por el pueblo o que llegara de la escuela y me cocinaras uno de esos deliciosos platos que ni el chef más condecorado puede superar. Ya nada es igual y me cuesta aceptarlo, pero todavía te tengo aquí y eso es lo que importa.
Tú que me viste dar mis primeros pasos y estuviste en cada momento importante, me enseñaste todo sobre la vida y hasta hoy día, me echas la bendición en el camino y me enciendes una vela para que nunca ande desprotegido. Me lo diste todo cuando no tenía nada y nunca pediste nada a cambio, sólo que fuera una persona de bien. Tú mereces lo mejor, vivir en tranquilidad y plenamente, ahora me toca a mí velar por ti. Lo cierto es que a medida que pasan los años se ha vuelto inevitable que llegue esa aterradora pregunta a mi mente, ¿y el día que me faltes?, confieso que, en ocasiones, cuando me despido de ti y cierro el portón de tu casa, mis ojos se humedecen pensando en una posible respuesta a esa pregunta. Nunca sé si te estoy viendo por última vez, pues la vida es así de injusta y cruel en algunos momentos.
Me reprocho el pensar tanto en lo negativo cuando cada día debería estar agradecido de que aún te tengo, pero es que mientras más amas algo, más miedo tienes de perderlo. No es tan sólo tu partida física lo que me inquieta, si no, el pensar que algún día olvide como sonaba tu voz o se extravíe en mi mente el recuerdo de tu dulce mirada o la sensación de tus suaves y arrugadas manos que tantas veces me dieron tranquilidad. Tenerte aquí es un regalo, pues no todos cuentan con esa fortuna, por eso me corresponde crear más memorias contigo; disfrutarlas, vivirlas y documentarlas. Todo para que cuando me pregunten qué haré el día que me faltes, yo responda: nunca me faltará, pues siempre andará conmigo en mi memoria y en mi corazón.
]]>A las diez de la noche del viernes, 8 de julio mi cuñada y yo decidimos tirarnos la misión de llegar al Choli y tratar de conseguir entradas para el concierto de Bad Bunny Un verano sin ti, pese a que ya los medios habían anunciado el cierre de la fila. Este sería el evento del verano y aunque mi raciocinio me hizo cuestionarme en más de una ocasión: "¿qué estoy haciendo aquí?", la verdad es que fue una experiencia que me hizo reflexionar sobre nuestra identidad colectiva. Estar en esa fila rodeadas de chamaquitos, los dos de al frente de dieciocho años y los tres de atrás de dieciséis, fue como una vuelta al 2007 cuando mis papás me dejaban ir a los partys de Reguetón Ultra en el Hiram Bithorn y nos montábamos ocho en el Honda Civic de dos puertas del único amigo del salón que tenía carro.
Justamente la carátula de la última producción de Benito es la imagen de un corazón cíclope, bastante rudimentario; una oda a la nostalgia que me recuerda a los dibujos que hacíamos al margen de nuestras libretas mientras el maestro de matemáticas intentaba enseñarnos cuál era el valor de X y el valor de Y. Ese corazón triste, que a veces dibujábamos al lado de donde habíamos escrito dos iniciales, seguidas de un X100pre (nombre de la primera producción discográfica del artista) para el tiempo en que no teníamos celulares con internet, eran recuerdos que nos pertenecían y acortaban la brecha generacional haciéndonos sentir como unas “bad bitch, girls de los '90”. Porque estrofas como: “Que le den respeto y nunca se lo quiten”, “Tití me preguntó si tengo muchas novias” o “Yo no me quiero ir de aquí, que se vayan ellos”, nos interpelan a personas de todas las edades.
Con todo y el viaje a mis años de superior, estar allí aguantando la lluvia, la precariedad de pasar la noche a la intemperie, la vulnerabilidad de estar solas (porque nuestros esposos trabajaban y nos dejaron armadas con un pepper spray, un millón de provisiones y la ubicación prendida en tiempo real), el dolor de espaldas por la sillita de playa (por la edad supongo) y el tener que ir a las nauseabundas letrinas portátiles, sin que fuera una tortura sino por voluntad propia, tenía algo de realismo mágico. Y es que, por experiencia digo, que hay algo místico en las filas. En el 2010 viajé a Bogotá durante el Mundial de Fútbol y haciendo la fila para montarme en la nueva montaña rusa del parque de atracciones Salitre Mágico hice unos amigos que todavía conservo. En el 2012 mientras hacíamos la fila en la embajada de Estados Unidos en La Habana, esperando bajo el sol por la entrevista para la visa de mi esposo, conocí las historias que me compartieron tantas familias, que inevitablemente creamos un vínculo.
Cada fila es un ecosistema. Al mejor estilo de La autopista del Sur de Julio Cortázar, igual que en el camino entre Fontainebleau y París, tuvimos que crear grupos para sobrevivir y ser más fuertes. En esas circunstancias atípicas de una noche lluviosa de julio comenzamos a conocernos y surgieron las consabidas historias de fila: Estaba un chamaquito de dieciséis al que le habían matado al “pai” y vivía con su madre soltera, producto de una sociedad matriarcal, al igual que muchas otras familias puertorriqueñas y que a juzgar por las veces que dijo “mami no me deja”, parece que la señora lo está criando con mano dura. Incluso cuando otro muchacho de la fila lo invitó a fumar THC desde un cigarrillo electrónico su respuesta fue: “Si mi “mai” (que no estaba allí) se entera, me parte la boca y voy a estar llorando hasta el día del concierto”.
El que andaba con él, que era de La Perla, respondió que “ellos no podían fumar porque eran atletas de baloncesto becados y que estaba en juego su futuro”. De forma orgánica empezamos a portarnos bonito: al acompañarnos al baño y turnarnos para no dejar la sillas y los bultos solos, a ofrecernos comida, agua, pastillas para el dolor de cabeza, las baterías externas para cargar los teléfonos, sombrillas, bolsas para la basura y todo lo que tuviéramos y pudiera serle útil al otro; llegamos siendo dos y terminamos siendo un grupo de catorce. Hubo quien desertó de la fila como a la hora, quién fingió tener interés en salir con alguien que estaba más adelante en la fila, para ver si lo colaba, quién pasó la noche vomitando porque se emborrachó en el negocio “Twenyfol” de la esquina, quien se durmió profundamente y los que no pudimos dormir.
Igual que en el cuento, tener un fin común nos fortalecía, resistíamos porque teníamos esperanza, aunque la realidad es que nada nos aseguraba que consiguiéramos entradas siendo casi los últimos en una fila de miles de personas. Juntos gritamos cuando nos dijeron que se había abierto una cuarta fusión, que resultó ser falso, juntos planeamos hacer un piquete si no lográbamos entrar, juntos gritábamos a coro “sí se puede” cada vez que avanzábamos una curva más, juntos hicimos una barricada para que unas gringas no se los colaran y juntos brincamos como locos cuando logramos conseguir la codiciada bandita verde y comprar las taquillas casi a las tres de la tarde del sábado.
Aunque todo esto parece innecesario, luego de muchísimas horas sin dormir comencé a ver el paralelismo entre la forma de ser de los puertorriqueños en esa fila y la forma en que actuamos en las adversidades. Recordé las filas por el agua y la gasolina en el Huracán María, las noches en la Universidad de Puerto Rico compartiendo comida e ideas durante la huelga del 2010, la lucha por sacar a la marina de Vieques y el triunfo colectivo de lograr la renuncia de Ricky Roselló; coño ¡qué bonitos son los veranos en Puerto Rico! Esta aventura suena como una locura que pudo ser prescindible en mi vida, pero en esa fila aprendí que el lenguaje común de los boricuas es la resistencia, que culturalmente se nos hace muy natural compartir lo que tenemos con otros, que nuestra identidad nos lleva a formar un frente común y que cuando nos unimos como pueblo logramos lo que nos proponemos. Al final, el reguetón, el trap y los ritmos urbanos son parte de nuestra identidad y en esa fila demostramos, igual que en muchas otras ocasiones a lo largo de la historia, lo que significa ser de P FKN R.
]]>Cuento por Patrick Oneill | Instagram
Riamos para no llorar. Lloremos para no reír. ¿Por qué una no puede llevar a la otra si, claramente, están atadas? Todo es tragicomedia. Todo es teatro. Tal vez digas que no. Lo que sea por no sentirnos como unos hipócritas. La realidad es que la honestidad es un área gris que no debe tomarse como la verdad absoluta, a pesar de que así la tratamos. Nuestra opinión, no es la realidad de nadie. La realidad de alguien no tiene por qué obligarnos a formular una opinión. Dicho esto, ayer tomé mi tercera clase y, debo admitir, que el proceso se ha convertido en algo liberador. Nada como nadar en esa corriente de gritos y dolor, de sufrimiento y de crear un post y de unirme al resto. Incluso, mi coach me trata como un prodigio en esto de l’agonía. ¿Seguro que no habías practicado antes? Ya varias veces le he dicho que no, aunque, muy adentro, reconozco que sí. Soy natural en esto. Traído al mundo por el grito de mi madre. Acontecimiento que celebro todos los años.
Ayer, después de mucho tiempo de malinterpretar, obtuve varios seguidores que confirmaron mi progreso, pero no quiero aburrirlos con eso, quiero hablarles sobre el sentimiento de ser un puertorriqueño y de finalmente abrir los ojos a una verdad que se remonta a nuestros ancestros, por eso, me gustaría, sin ofender a aquellos malinterpretes, esclarecer algunos puntos sobre la naturaleza de este nuevo trend que ha traído tanto debate en las redes. De modo a que el derecho a la libre expresión nunca debe violarse, procederé a traer un poco de trasfondo histórico para que ambas partes puedan cerrar esa brecha generacional que tanto los separa, para entonces ofrecer mi perspectiva sobre el caso. No pretendo crear el mejor rant de redes sociales que la gente ha visto, tampoco pretendo echar para atrás y ocultar mis sentimientos.
El Primer Grito
¿Qué historia es más importante que la tuya? De todos los gritos que celebramos como cultura, el que ocupa el primer lugar es el tuyo y el de tu madre. Tanto así que cada año nos congregamos para darte un obsequio especial por haber participado en ese hermoso e inmaculado rito de nacer. Desde ese primer encuentro con la realidad estamos llorando y gritando, mientras otros ríen y gozan. Es un hecho tan humano que, en cierta forma, nos humaniza aun más comprenderlo. Meditar sobre este grito es fundamental para entender lo que pasará con nosotros a lo largo de nuestras vidas. La agonía se convertirá en un motivo para la mofa y la celebración. Es importante reconocerlo. Y si lees esto en el día de tu cumpleaños, felicidades campeón o campeona, vives l’agonía aunque no sea intencional.
El Grito de Lares
Ahora... levantamos bandera y la plantamos en Lares, durante los días de revolución. Además de la historia que ya conocemos —junto a su simbolismo patriótico—, hay posiciones en su narrativa que permanecieron ignoradas hasta un 23 de septiembre de 2021 donde alguien fue al campo de guerra que lleva el nombre de Twitter y twitteó las siguientes palabras: Hoy visité a mi familia en Lares y todos gritamos. Estas palabras fueron tomadas a chiste por muchos de sus seguidores y solo algunos selectos valientes optaron por seguir la verdad detrás de ellas. ¿Cuál es la verdad? La verdad es que GemidoCampestre23 tornó ser pariente lejano de Juan Ramírez Otero, primo de Francisco Ramírez Otero, presidente de la República de Puerto Rico... o eso le decía a todos sus allegados.
Fue gracias al distinguido Juan Ramírez Otero que se comenzó a celebrar el Grito de Lares, como símbolo de felicidad y resiliencia, a pesar del sufrimiento que pudo haber traído aquel retraso para la independencia del país. Según explicó GemidoCampestre23 en algunas entrevistas, sus ancestros eligieron el aniversario del acontecimiento para celebrar el Grito — una versión pasada de lo que sería hoy l’agonía— y mantener viva la alegría o la fachada de alegría detrás del dolor. La reunión se daba de la siguiente forma: Todos se congregaban en casa de su tatarabuela Gumersinda Ramírez Otero. Una vez presente, el tío Juan daba el primer Grito. Luego de esto, el resto se unía al Grito, llevando la intensidad de los suyos al borde del quebranto de sus cuerdas vocales. Cada uno, a su manera, expresaba su dolor por medio de sus expresiones faciales, sus cuerpos arrastrándose por la grama y, pues, gritando. Este evento se ha llevado acabo desde entonces cada 23 de septiembre, declarándose fiel a la costumbre de la celebración nacional del sufrimiento y demostrando que solo existe una diferencia entre histeria e historia.
Un Grito de Silencio
Ya que hemos cubierto el trasfondo histórico de l’agonía, ahora fijemos nuestras miradas y agudicemos nuestros oídos a algunas de las varias formas que adopta el arte como aspecto fundamental de por qué hacemos l’agonía, porque el arte también grita y nos ayuda a apropiarnos del sufrimiento como parte de nuestro canon cultural. En la literatura, celebramos el apagón, algo que ya es característico de nuestra cultura. En esa oscuridad llena de sudor y calor volvemos a ser gente. Y ya esto lo hemos visto plasmado en cuanto post exista post-apagón y en cuanta obra y película exista sobre puertorriqueños viviendo en Nueva York. La idea detrás de lo que les hablo también se puede encontrar en el canto de victoria que dice Puerto Rico está bien cabrón y su título El apagón.
En la música existen varios ejemplares de esto. Tito Rojas, por ejemplo, el gallo salsero, lloraba y bailaba en su hit del ’97 titulado “Lloro”. Hasta el momento de haber concebido el presente escrito, no he visto a alguien genuinamente llorar ante dicha pieza del maestro Rojas. Solo he visto a gente bailar entre montañas de azúcar nasal y cervezas abiertas. Quizás porque todos lloramos, pero, claramente, a través de dicha amargura, esta canción evoca una proclividad a cantar, bailar, beber y a pasarla excepcionalmente bien. Esta celebración es una expresión moderna del acto de jugar con sombras frente a linternas, de congregarnos en familia a cagarnos en nuestro sistema eléctrico, de tomar chocolate caliente y de sacar a pasear anécdotas del antaño, de salir a vacilar y a pasarla de barra en barra y de trago en trago, luego de algún evento negativo. La nostalgia como zona de confort es nada más y nada menos que l’agonía, un grito de silencio y el dulce sueño de alguien que ha sufrido de insomnio durante las pasadas décadas.
El Grito de L’Agonía
Ahora quizás podamos comprender que l’agonía es solo el próximo eslabón de una larga cadena de tendencias a celebrar el sufrimiento. Por eso, cada vez que veo el hashtag #l’agonía y veo fotos y vídeos de personas gritando, llorando y bailando dentro de un espacio confinado, en la comodidad de su casa o en la barra más poblada, no siento la inclinación de ridiculizar a este grupo. No es una simple fase, es un trend que ha durado casi dos siglos donde celebramos nuestras penas. Dicho esto, lo que resta es experimentar este nuevo modo de expresión artística y, si no sabe dónde comenzar, comience soltando el teclado, dejando de criticar y congregándose en el próximo taller de l’agonía, todos los martes y jueves a las 7:00pm en la siguiente dirección:
L’Agonía Studios
Carr. 149 km. 7.5 Bo.
Manatí, PR, 00674
Sus primeros dos libros Por ahí viene el huracán (2018) y Ricitos de Ónix (2019) permiten que niños y niñas de Puerto Rico se sientan representados de una manera auténtica en los personajes y la trama. Ambos libros sirven como espejo de sentimientos y memorias que viven en muchos hogares y familias puertorriqueñas.
]]>Ensayo por: Úrsula Túa | Instagram
Si te encuentras en la búsqueda de literatura infantil culturalmente relevante para la niñez puertorriqueña; Laura Rexach Olivencia, autora y fundadora del Editorial Destellos, es para ti. Sus primeros dos libros Por ahí viene el huracán (2018) y Ricitos de Ónix (2019) permiten que niños y niñas de Puerto Rico se sientan representados de una manera auténtica en los personajes y la trama. Ambos libros sirven como espejo de sentimientos y memorias que viven en muchos hogares y familias puertorriqueñas.
Por ahí viene el huracán (2018) narra los eventos ocurridos antes, durante y después del Huracán María. El cuento está narrado desde la perspectiva de Isa, una niña determinada y resiliente, fielmente acompañada de su gato Mau. Cada lector que se encuentre con la portada de este libro podrá reconocer inmediatamente la perseverancia de Isa ante la adversidad. El uso de palabras sonoras y onomatopeyas personifica las memorias del Huracán María que viven dentro de lxs puertorriqueñxs. Los lectores podrán recordar y sentirse orgullosos de cómo sus familias y comunidades se prepararon para el huracán, se mantuvieron seguros y trabajaron incansablemente en conjunto para reconstruir barrios y vecindarios. Maestrxs y cuidadores pueden utilizar este libro como un recurso para fomentar un aprecio y orgullo por comunidades puertorriqueñas y su historia compartida. Al igual que Isa, los lectores podrán mirar hacia atrás a este evento tan devastador para nuestra isla mientras reconocen la resiliencia de nuestro pueblo.
Tan pronto leí Ricitos de Ónix (2019), el segundo libro de Rexach Olivencia, fui transportada a mi niñez y a mi relación tumultuosa con mi pelo rizo. Al igual que muchos niños y niñas en Puerto Rico; yo estuve expuesta a tratamientos que intentaban controlar, cambiar y alisar mi patrón de pelo natural rizado. Cuando pequeña, nunca estuve expuesta a personajes en la cultura popular que usaban o se sentían orgullosxs de su pelo rizo natural. La pequeña Úrsula hubiese atesorado grandemente esta historia y se hubiese identificado con las circunstancias que navega la protagonista.
Rexach Olivencia crea una historia poderosa sobre Ana, una niña que ama su gran melena. Ana se enfrenta a su mamá quien insiste en controlar y mantener sus rizos voluminosos en un moño apretado. Ana es un ejemplo claro de amor propio y apreciación por el pelo natural dentro de un ambiente que no le celebra esta cualidad.
Mi deseo es que la introducción de este libro en salones de clases, rincones de lectura y cuentos antes de dormir inspire a los lectores a celebrar el pelo rizo de Ana. Por otro lado, la lectura de Por ahí viene el huracán (2018) abrirá una puerta para que cada niño y niña comparta su historia o experiencia durante el Huracán María. Ambos de estos cuentos se pueden introducir en salones de clases y apoyan estándares académicos de Estudios Sociales y Artes del Lenguaje. Laura Rexach Olivencia y el Editorial Destellos están activamente compartiendo historias familiares que sirven como espejos para la niñez puertorriqueña.
Referencias:
Bienvenidos a Editorial Destellos. Editorial Destellos. (2020, March 2). http://editorialdestellos.com/.
Rexach Olivencia , L. (2018). Por ahí viene el huracán. Editorial Destellos.
Rexach Olivencia , L. (2019). Ricitos de Ónix. Editorial Destellos.
]]>Poema por Alejandra Cotto | Instagram
tiempo fugaz
el tiempo en el que tú no estás
La vida pasa,
los recuerdos quedan.
A veces quisiera detener el tiempo,
pero es más viable detenerse en el
momento para mirar y atesorar,
capturar con los ojos
cada instante en la memoria.
Y así volver una y otra vez
en el tiempo que tú no estés.
Recordamos desde afuera
lo que hemos vivido desde adentro.
Contamos desde arriba
lo que sentimos desde abajo.
Acaso, ¿qué es la vida?
Si no lo que contamos
de la manera en la que decidimos
recordarlo.
Entonces, me recuesto sobre la sombra
intangible de tu pecho
y me cuestiono
si todo ha sido verdad
o si se me da bien narrar historias.
Reseña por Milagros Marrero | Instagram
Una de mis lecturas recientes favoritas ha sido El italiano de Arturo Pérez-Reverte, y como siempre, me ha deslumbrado. Esta novela histórica, además de historia de “amor, mar y guerra”, como se nos advierte en el título, es una novela de homenajes. Es para mí, también, una prueba más de que uno de mis géneros favoritos de leer es la novela histórica. Siento que obtengo recompensas adicionales al leer este género pues, se aprende o se recuerda algo ya conocido de la historia oficial, se despiertan nuevas curiosidades; y se disfruta la historia novelada.
Me parece, también, un entretenimiento añadido detener la lectura para las revisar fuentes de referencia y verificar los datos históricos. Y he experimentado mucho de esto leyendo El italiano. Sin embargo, llegada a cierto punto en la novela, decidí abandonarme a esta magnífica historia sin más ni más. Decidí dejar los datos para el final, o tal vez no; pues, a fin de cuentas, preferí esta historia como está escrita, sin la parte oficial.
El italiano del título, Teseo Lombardo, se refiere a uno de los buzos quienes a principios de la segunda guerra mundial atacaron varios barcos anclados en la bahía entre Algeciras y el Peñón de Gibraltar utilizando torpedos tripulados. Tengo que admitir que, en mi infinita ignorancia, no había escuchado antes de la existencia de “torpedos tripulados” y la imagen me parecía parte de una broma cruel. Así que, fue la idea de esas misiones con torpedos tripulados lo que más llamó mi atención en primer lugar.
Más adelante en la narración, las descripciones sobre el funcionamiento y propósito de estas armas fueron suficientes para querer conocer cuál sería el destino final de esos tripulantes. Es a esos soldados a los que la novela hace homenaje, y, también, a esa parte de la historia, no tan conocida, tal vez sepultada por la vergüenza británica, o porque se trató de la hazaña del vencido, y, por lo tanto, irrelevante. La historia de los buzos italianos en esta novela es entrañable.
Sentimiento difícil de creer, cuando, se supone que son los italianos los malos de la película: fascistas y enemigos de los aliados. ¿O quién es en realidad es el enemigo? La manera como se cuentan las incursiones de esos buzos en territorio enemigo y lo que lograron, denota una gran admiración del narrador, tanto por los hombres como por los hechos. Sentimiento encarnado en el alférez Todd, jefe de los buzos británicos, quien se empeña en presentarles sus respetos a los italianos cuando los atrapan vivos o muertos: “no son mis iguales, sino mis enemigos… Pero los respeto.” p. 129 “Enemigo o no, tiene derecho a un funeral reglamentario. A ser arrojado al mar envuelto en su bandera, según la tradición…”. p. 130
El otro homenaje de Pérez Reverte en esta novela es a la mujer, sobre todo a un tipo de mujer valiente, atrevida y dura. Creo que este es un tema recurrente en la literatura de Pérez Reverté, pues algunos de sus personajes más interesantes han sido mujeres con estas características como, por ejemplo: la Eva de Falcó, espía y “femme fatale”, la Mecha Inzunza de El tango de la guardia vieja, y, en este caso, Elena Arbué. La que se presenta como una mujer sola, ingenua y frágil al principio, se convierte en una Mata Hari sin remordimientos.
Los motivos de sus acciones no parecen estar claros para algunos personajes en la novela, pero me parece que, a tono con su carácter, Elena se convirtió en espía porque sí. Por sí misma, por no encajar un golpe sentada leyendo en su librería. Pero para Elena parecen estar muy claros sus motivos: “Usted no vio esos barcos de guerra navegar por la bahía como si estuvieran en el patio de su casa… A los soldados, borrachos como animales, cruzando la verja en busca de carne fresca: viudas con hijos que necesitaban comer, esposas de maridos encarcelados por Franco. Aprovechándose del hambre que dejó la guerra civil. Corrompiendo y comprándolo todo.” p.171
Siento que Elena quiere estar a la misma altura de valor e ingenio que otros, y no sólo el italiano. Su relación con ese hombre desconocido es un reto para ella: ¿qué hacer con esa intromisión en su tranquila vida de viuda? ¿Delatarlo, olvidarlo, ignorarlo? Elena decide retarlo: a que la reconozca, a que afronte las consecuencias de haber cambiado la vida de ella, a que se atreva a enamorarse y admitirlo. Elena ha reconocido en el italiano a su igual. Aunque por momentos, Elena parece perder la paciencia con él y hasta lo considera ingenuo, pero presiente al hombre valiente tras esa ingenuidad.
Una de las facetas que más me gusta de Elena es que tiene mucho de Jane Eyre, una de mis heroínas favoritas. Y como Jane Eyre, está decidida a no ser insignificante, ni a dejarse relegar. Así que, en esa guerra de hombres, Elena ha decidido ocupar un prominente lugar. Y quiere dejar claro que no lo hace por nadie, ni por nada. Ni por amor, ni por venganza; ni por el italiano, ni por su marido muerto. Si no porque ella merece un lugar en la historia también.
Elena admira los héroes clásicos y el italiano Teseo Lombardo es la encarnación perfecta: valiente, respetuoso y humilde. Y para Teseo, Elena es la perfecta Ariadne del mito quien provee al héroe Teseo el ingenio necesario para llevar a cabo su misión y salvarse. Así que ha sido un gran entretenimiento esta lectura que tiene de todo lo bueno, un poco. Tiene de novela histórica, de novela de aventuras, de historia de amor; y sobre todo contiene un homenaje a la valentía y el ingenio de hombres y mujeres.
Y, también, un homenaje al italiano, pero más al gentilicio que sólo a un hombre. Creo que Pérez Reverte, recreando esta historia, ha querido reivindicar al pueblo italiano en uno de sus peores momentos históricos, y como dijo el alférez Todd: “Una cosa es que Italia sea un desastre… Otra, que haya italianos valientes, dispuestos a todo, tan patriotas como nosotros.” p. 129. Y esa es otra de las razones para leer esta novela, que no hay buenos y malos, sino simplemente hombres y mujeres que se atreven a todo por la patria, el amor o por sí mismos.
]]>Cuento por: Patrick Oneill | Instagram
Siento que he aprendido poco de esta vasta escasez de conocimiento sobre la vida. Por eso ahora aspiro a conocer más. Tal vez suene contradictorio eso de aprender del vacío, tal vez suene hasta un poco gracioso. Por una parte, todo el mundo, en especial mi psicóloga, me dice que no me aparte de las oportunidades que me ayudan a alcanzar mi potencial. El óptimo yo. El realizado yo.
Simplemente, sonrío y finjo que acabo de escuchar el positivismo extremo de un influencer frustrado de Instagram ya que, por otra parte, está el dilema, la problemática amenazando con atravesarme con su espada y, es que, dichas oportunidades no existen. Al menos no de la manera que muchos lo pintan. Muchos lo pintan como una obra de Picasso, pero, al darle una segunda hojeada a esas caricaturas garabateadas que salen de sus bocas, se siente más como una obra de Pricasso.
De niño, mis padres me decían que podía ser comediante, por eso decidí ser maestro. Lamentablemente, escogí ser la comedia y no el comediante. Ironías de la vida. Soy maestro y escritor. Y si quiere saber cómo se siente ser maestro y escritor, vaya y léase En la popa hay un cuerpo reclinado por René Marqués. De todos modos, mi diario vivir va de número en número en el calendario, de día a día en mi vida, de vacío en vacío en la escuela, como mis palabras.
Les hablo a mis estudiantes sobre la mimesis en Hamlet para hablarles de la mimesis en sus vidas, les hablo de Swift y su sátira realista enmarcada por el abuso real que experimentan sus compatriotas a diario, les hablo de Shelley para que aspiren a crear su obra maestra a su corta edad de 18 años, les hablo sobre la presión social en las obras de Orwell para que vayan a presionar a otros en las redes sociales. Esta última lección no nos fue tan bien.
En la hora de almuerzo, coincido con algunos del equipo en el área de la facultad, aquel Olimpo que nos permite respirar un rato y removernos las máscaras prescriptivas de nuestro oficio y me atengo al vómito de anécdotas del día. De cómo Fulanito se alteró y amenazó a su maestra con informarle a sus padres y a la administración sobre el cero injusto que lleva estampado en su frente porque no hizo su trabajo. Estaba enfermo, pero todos sabíamos que estaba de viaje en Orlando, Disney. Nos reímos. Nos decimos la frase más empática que tiene el puertorriqueño: "Ta’cabrón esto".
Luego entra el comentario fugaz de cómo una megatienda está ofreciendo el doble de nuestros sueldos por empujar carritos de compra o de cómo un francés riquitillo compró un cayo y ahora está construyendo una mansión ahí. Hay trabajo seguro por tres años y paga el triple de nuestros sueldos. Una llamada interrumpe la conversación. Mrs. Sutana necesita ir a la oficina. La madre de Fulanito llamó y necesita que le reponga el trabajo. La maestra termina reponiéndole el trabajo a Fulanito, pero nadie hace algo sobre la actitud de Fulanito y la ganga de muchachos. Fulanito mira a Mrs. Sutana con una sonrisa de victoria. La ganga le sigue el juego.
Entonces... Para darle una mejor idea de lo que es ser maestro, ser maestro no es ser maestro. Por mi parte, mi oficio es ser maestro, máquina omnipotente y omnipresente anti burnout, psicólogo, oficinista, decorador, influencer, sonidista, camarógrafo, videógrafo, editor, técnico de computadoras y, obviamente, experto en la materia que enseño. Después de una reunión candente en la que se nos habla como le hablaba el Sargento Hartman a su tropa en Full Metal Jacket, salgo cansado de trabajar, cabizbajo porque mañana será otro día, pero el día no ha terminado. Al menos, no para la mayoría de estos maestros.
Érase una vez, estaba de paseo y me topé con un negocio de dulces y frituras. Me atendió una pareja más dulce que los dulces que vendían. Mientras pedía, un niño se acercó emocionado y le dio un abrazo a la señora. Se veían contentos. Pensé de momento que se trataba de su sobrino, pero no. Era su estudiante. Ella le regaló un dulce y el estudiante le prometió que no le diría a sus compañeros sobre su negocio, a lo que su maestra le dijo: "No, diles que vengan".
Después de trabajar, me cae la necesidad y voluntad de escribir, pero me siento muy cansado. Dejo el bulto a un lado y me tiro boca arriba sobre la cama. Cierro los ojos y me digo que escribiré más tarde, después de un baño, la cena y un episodio de mi serie. Esa noche me quedo dormido frente al televisor, hasta el próximo día donde comienza nuevamente el ciclo de apuros, ansiedad y angustia. Donde continúo siendo desvalorado por un sistema y, a la vez, valorado por muchas caras jóvenes, porque razono que no todos son Fulanitos. Entonces sigo en la trampa, en la rueda del ratón, mientras poco a poco la necesidad de expresarme se acumula y vomito sobre páginas como estas. Para que entonces me leas y digas en voz baja... Ta’cabrón esto.
Escrito por: Yésica Isabel Nieves Quiñones | Instagram
Hoy que ya todo es verde
Y ya que todo es el canto de los pájaros
Y la sombra de las bombillitas de feria sobre el concreto
Y la trinitaria que trasplanté a este jardín
Y el café hecho por manos amorosas
Y el libro de Xochitl que compré en Santurce
Ahora
Que ya todo es esto
Y el pájaro sabio eleva en su pico algunos hilos gruesos de la mata de plátano
Y hay silencio
Ahora
Ahora
Ahora
Es el momento
Abro este diario con ansia de pasado, con curiosidad por las viejas versiones de mí y de la verdad. Abro este diario con delicada conciencia e instalo automáticamente mis ojos sobre la primera página. Lo que encuentro es un abrazo de Verónica. Me lo dedica con fecha del 15 de julio 2015: "Amiga: Felicidades por ser fuerte. Seguiremos juntas por este camino, siempre". Al pasar la página me recibe el 17 de agosto de 2015: "Son las nueve de la noche y estoy sentada en el suelo de un apartamento prestado en Nueva York. Luego paso la página y no hay nada más.
Hoy ya es un par de vidas adelante desde ese momento y todo está quieto. Ya el piso que piso no es prestado. Ya los sueños que sueño son míos. Y hay pájaros que continúan cantando. Y hay Sol. Y hay una vecina, a quien veo desde aquí, que lava la ropa a mano todos los días. Y sin saber cómo, en cuestión de segundos, me doy cuenta de que yo igual: lavo mis pensamientos a mano todos los días.Y con cada lavada más limpio el recuerdo (del recuerdo) y más fragantes sus puntos y más suaves sus comas y más desgastadas sus palabras, pero más mías. Y ahora suena la campana de la parroquia y el Sol ya forma una sombra de luz sobre lo que escribo. Y se acaba el papel y empiezo yo.
Bienamada.
Bienvenida.
Bienvenida.
Bienamada.