Ya enmarcada una en la ruptura de la memoria colectiva y la otra en su condición de ajena y extraña, se estudian aquí las celebraciones del 25 y el 4 de julio en Puerto Rico. Una mirada criítica a unas conmemoraciones envueltas en un reinvencioón que pretende legitimarlas con unos significados y espacios simboólicos espurios atados a cambios políticos y a afanes consumistas y de festejo de una población.
Año: 2004 | Páginas: 217
Ediciones Puerto
Año: 2004 | Páginas: 217
Ediciones Puerto