Cuando mi hijo Santiago tiene ocho meses, ya sé que hay algo diferente con él. No se ríe como su hermano, no contesta a su nombre, no juega con los demás niños. Tras un diagnóstico de autismo, los cuatro años siguientes son una montaña rusa de emociones: logros, fracasos, miedos, esperanzas, alegrías y penas. En El niño de no decía mamá comparto con Uds. los momentos más vulnerables e íntimos de nuestra familia, pero también las grandes lecciones de la vida que aprendí.
Año: 2021 | Páginas: 96
Publicación Independiente