Es momento de decir thankiou
Por: Paul E. González
¿Cómo se dice? Gracias.
Fue a mis 3 años de edad cuando un amigo de la familia me hace un regalo y, sin pensarlo dos veces, comienzo a jugar con él. En ese momento mis padres me regañan y me hacen una pregunta que definiría mi existencia “¿cómo se dice?”. Esa pregunta se convirtió en la lección más importante de mi vida, aunque en ese momento no lo sabía. A mi corta edad no era capaz de comprender el poder tan inmenso que podía tener una sola palabra.
Años más tarde -en mi adolescencia- cuando ya entraba en la edad de la razón, pude apreciar de primera mano esa lección de mis padres. En cada oportunidad que tenía decía esa palabra mágica que abría caminos, entablaba conversaciones, sacaba sonrisa en desconocidos y llenaba de vida a quien más lo necesitaba. Más allá de decirla al universo alrededor, comencé a decírsela a mi yo interior, y los efectos cambiaron mi forma de ver la vida por completo.
Curiosamente, en las noches antes de dormir, comencé el hábito de dar gracias por algún momento, situación o circunstancia del día. Noche tras noche le daba las gracias al mundo por cosas sencillas, pero que tenían un gran impacto en mi diario vivir. Y fue así como se comenzaron a alinear todas las estrellas para sentar las bases a una misión de vida.
Esa práctica la continué cultivando por mucho tiempo hasta que en una conversación con un gran amigo –en donde filosofamos por varias horas- tocamos el tema de la gratitud, intercambiamos opiniones y le confesé la práctica que llevaba años haciendo. Fue en ese momento donde me percaté que decir gracias a menudo puede ser más poderoso de lo que realmente pensaba. Con eso en la mente, decidí unir el hábito con la pasión y me propuse escribir 365 notas cortas sobre esas cosas pequeñas -y poco tradicionales- que tienen un gran impacto en nuestra vida. Fue en ese momento que nació lo que sería mi segundo libro, ‘Thankious’.
Durante un año escribía diariamente sobre algo positivo que me hubiera pasado durante el día y luego lo compartía en las redes sociales. Mientras hacía esto, la vida empresarial me ponía pruebas bien difíciles en el camino, disfrazadas de problemas a resolver y mucho estrés. Sin embargo, por más oscuro o difícil que se tornara una situación del negocio, siempre había una razón para dar gracias. Tanto fue así que había días que era difícil escribir tan solo una nota. El efecto de esa actitud de gratitud fue tanto que lo continúo haciendo hasta el día de hoy.
Fueron esos momentos de gratitud donde pude encontrar la paz para batallar el estrés y poder ver todo de una perspectiva distinta. Tenemos tanto que muchas veces se nos olvida, pero siempre es bueno reflexionar sobre ellas y activar ese órgano de la gratitud.
Esa misión va mucho más allá del libro Thankious. El objetivo es que juntos creemos un movimiento de gratitud utilizando la palabra GRACIAS como punta de lanza. Te garantizo que este estilo de vida de gratitud es el comienzo de una vida más feliz, un ambiente de trabajo más relajado y un mejor mundo para todos. Aprovechemos que estamos en noviembre -el mes de dar gracias- y hagamos un compromiso de decir esa palabra mágica más veces al día y contemplemos como nuestro entorno se pinta de felicidad.
Es momento de decir, thankiou.
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