Como tantas otras familias de Santurce, la nuestra daba un paseo dominical en carro por San Juan. El lento flujo de los carros permitía a mi madre mirar las vitrinas que especialmente en navidades le llamaban la atención. En aquella época era costumbre de muchas tiendas poner nacimientos en sus vitrinas. Mi padre conducía y de vez en cuando hacia un comentario, así como mis hermanas más próximas. No sé por qué razón esa vez pasamos por San Juan de noche. Ya saliendo por la calle Fortaleza, yo divisé muchachos durmiendo en cartones en un callejón. Probablemente era el Callejón de la Capilla. Yo no recuerdo haber dicho cosa alguna, pero la imagen quedó grabada en mi memoria. Años más tarde, en escuela superior, escribí una pequeña historia de un muchacho que se muere de hambre sobre unos cartones en un callejón. La conservo, pero nunca se la enseñé a nadie; a esa edad uno es más recatado. Pero quiénes eran esos muchachos durmiendo en cartones, de dónde venían, qué hacían con sus días fueron preguntas que permanecieron conmigo. Ese pues es el origen remoto de este libro, o al menos me gustaría pensar que es así.
Año: 2019 | Páginas: 208
Centro de Investigaciones Históricas