Si la ves, con la gorrita puesta y la libreta en la mano cerca de la plaza Colón y con el bolígrafo en la oreja, sácale el cuerpo sin pensarlo. A las ocho en punto y a está en la esquina del Tapia: los pantalones cortos marcándole los muslos bronceados, la camisa de botones ajustada al pecho, el escote pronunciado, las gafas inmensas, y por ahí sigue subiendo Fortaleza arriba, sin saludar, como el pez que nada contra la corriente, y no deja títere con cabeza.
Serie Literatura | Hoy del Instituto de Cultura Puertorriqueña
Año: 2016 | Páginas: 74
Instituto de Cultura Puertorriqueña