Aquello no podía ser real. Era imposible que llevaran ya tanto tiempo así, lo más seguro fueron engañados por los primeros que edificaron los alojamientos de emergencia subterráneos. Lo más seguro todo esto que vivían era rezagos de una vida dominada por el artificio de la informática: tal vez estaban en un programa de esos en los que la vida de los protagonistas es televisada. Tal vez todo era un juego de horror de esos que fueron tan famosos cuando ella era una niña.
Año: 2016 | Páginas: 64
Instituto de Cultura Puertorriqueña