El ensayo es abordado en este libro de Carmen Centeno como una forma abierta, flexible, híbriday proteica. Tiene la capacidad de echar flores en los terrenos más difíciles y hostiles. Se adapta a los medios más variados no como un camaleón que se disfraza para desaparecer en su contorno, sino como una pieza móvil capaz de mantener su mayor vitalidad: su filo crítico. Su ley formal más íntima es la herejía, no el acomodamiento y la conformidad. Si leer es un viaje de la vista y el oído, como decía Blanchot, Carmen Centeno le traza un mapa al lector sobre las inquietudes formuladas por algunos de nuestros destacados ensayistas, colocando su quehacer en el curso dinámico de nuestra cultura y en el marco más amplio de la historia caribeña e hispanoamericana. Con gran acierto, Hostos es el primer ensayista visitado. De inmediato va seguido de una mujer que le acompaña: Nilita Vientós Gastón. El tejido del libro es un reclamo de equidad que exige la visibilidad de importantes autoras: Arcadio Díaz Quiñones y Edgardo Rodríguez Juliá van seguidos de Áurea María Sotomayor y de Marta Aponte Alsina. En tiempos de intensa crisis y de liquidación de importantes espacios democráticos, alienta recibir un libro en defensa de la cultura, que enarbola el poder crítico de pensamiento.
- Félix Córdova Iturregui
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