El 24 de febrero de 1899, en plena ocupación militar norteamericana, John Burke, un soldado del Regimen 47 de Voluntarios de Infantería de Nueva York, fue asesinado en el Centro de Artesanos de Caguas, Puerto Rico. Burke era un inmigrante irlandés de veintiocho años, residente en Brooklyn. En ese mismo año un tribunal militar estadounidense en San Juan declaró culpable del crimen a Rafael Ortiz, un joven cochero puertorriqueño. Ortiz fue condenado a pena de muerte. Pero el general Guy V. Henry, gobernador militar de Puerto Rico, recomendó que la pena fuera conmutada por la de cadena perpetua. Más tarde, en junio de 1902, por decisión de William H. Hunt, el primer gobernador civil de Puerto Rico, la sentencia de cadena perpetua fue conmutada. Ortiz recuperó la libertad en junio 1904, y regresó a Puerto Rico. Las "tesis" propuestas por Arcadio Díaz Quiñones plantean preguntas que aún permanecen abiertas.
Año: 2019
Luscinia C.E.