La década de 1950 fue un período de grandes transformaciones políticas, económicas y sociales en Puerto Rico. El momento estaba matizado de discursos políticos y culturales, donde convergían la tradición y la “modernización”. Era el tiempo para el Estado consolidar su poder y culminar su plan de industrialización. Abundaron los mensajes de renovación en todos los aspectos. La educación sería el instrumento a tales fines. ¿Cómo se proyectó esta educación? ¿Cuál fue la realidad tangible?
En los discursos de la época, tanto el entonces gobernador Luis Muñoz Marín como otros líderes indicaban la necesidad de cultivar un tipo de puertorriqueño conforme a las expectativas del Partido Popular Democrático (PPD). La formación de la “nueva personalidad puertorriqueña, decían sus líderes, eran una de sus metas. Convendría investigar cómo se intentó lograr esa meta a través de la enseñanza de la historia nacional y por ende, de sus auxiliares; el civismo y la geografía. Muchos especialistas de la conducta, así como antropólogos, científicos sociales e historiadores están de acuerdo en que la educación es un instrumento para moldear el carácter de los ciudadanos. También se ha señalado en la historiografía que la historia tiene múltiples usos. De tal suerte, el análisis de la enseñanza de la historia de Puerto Rico es una ventana abierta para comprender algunos de los usos que se le dieron a esta disciplina en el período de referencia. En fin, nos dedicamos a investigar cómo al momento de materializarse el Estado Libre Asociado (ELA), el partido de gobierno utilizó la escuela para lograr desarrollar a unos puertorriqueños acorde con la formula política emergente y el modelo económico que le acompañaba. En otras palabras, nos propusimos estudiar cómo se utilizó la enseñanza de la historia de Puerto Rico con miras a obtener un producto moldeable y manejable.
Es necesaria una retrospección histórica para visualizar en qué forma se preparó el escenario que eventualmente facilitó una propuesta de reforma educativa general al servicio de una nueva fórmula política. Esto es importante porque se logran identificar los cambios que sufrió el Programa de Estudios Sociales, área donde se ubica el currículo de historia de Puerto Rico. La investigación también cubre el análisis de las fuerzas opuestas a los cambios políticos del momento histórico, la forma en que se manifestaron y cómo se les contrarrestó a través de la enseñanza de la historia del país?
En esta obra, el análisis de los textos cobra particular preponderancia. El libro de texto es un instrumento de trabajo que, tal vez más que ningún otro, se presta para llevar el mensaje de aquellos que controlan la educción. Los textos de historia son más susceptibles a tales fines, también los de referencia, las guías escolares, aunque no son los únicos porque los medios de comunicación radial, televisivos y los periódicos, entre otros, pueden ser utilizados con los mismos propósitos.
Conseguir los libros de historia de Puerto Rico no fue fácil. Ni el mismo Departamento de Instrucción Pública (DIP), como se llamaba en los años bajo estudio, hoy Departamento de Educación(DE) los conserva. Tratamos de identificar en estos libros los enfoques, objetivos e interpretaciones de los acontecimientos y procesos. Examinamos los programas de Estudios Sociales, la correspondencia oficial, los periódicos y otras fuentes. Recurrimos a los testimonios orales de maestros y estudiantes.
Esta obra se desarrolla en siete capítulos. En el primero se ofrece un trasfondo de las diferentes tendencias filosóficas e ideológicas y cambios que se manifestaron en la educación puertorriqueña en vísperas de la “modernización “, el choque entre lo tradicional y lo moderno. En el segundo, el Estado Libre Asociado ( ELA) entra en escena y con él su política educativa. En el tercer capítulo se investigan la organización, los objetivos y las metas del currículo de Estudios Sociales, hogar de la historia de Puerto Rico. Se estudian las tensiones entre el occidentalismo y el nacionalismo que imperó durante la década de 1950 y su influencia en la enseñanza de la historia puertorriqueña. En el cuarto, se analiza el marco geográfico puertorriqueño en los libros y periódicos y la utilización de este para el logro de la ansiada “nueva personalidad puertorriqueña”. En el quinto y sexto, se presenta un análisis minucioso de los libros de texto y de materiales educativos que arrojan luz sobre los objetivos propuestos por el gobierno en la creación de la “nueva personalidad puertorriqueña”. El quinto, por ejemplo, presenta el enfoque y la utilidad de la historia del país desde la conquista en el siglo XVI hasta los primeros años del cambio de soberanía en 1898. El sexto ofrece la visión de la modernización de Puerto Rico a través de los libros y periódicos escolares. Al final se ofrecen las conclusiones del estudio.
Nos propusimos y logramos investigar, en el marco conceptual del nuevo “status” político, la filosofía y los objetivos explícitos e implícitos en el currículo de historia de Puerto Rico. También examinamos cómo se utilizó esta disciplina para moldear el carácter de los puertorriqueños. A través de la obra visualizamos y concluimos por qué la nueva puertorriqueñidad es como es y en cierta medida enajenada de su la realidad histórica.
Año: 2024 | Páginas: 376
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