No sé si amo a mi patria, pero adoro los espejuelos de Matos Paoli, la pizza de las cafeterías de K-Mart, el olor a acetona de los negocios de uñas, burlarme de las orejas de Muñoz Marín, apodar "el caballo" a Carlos Romero Barceló, comer en un fastfood después de ir a una marcha, leer a Marx en la fila de un banco.
Año: 2024 | Páginas: 190
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