El meta-archipiélago
Ensayo por: Julio E. De Hostos Caraballo | Estudiante de Literatura Comparada
Fotografía por: Libros 787
“Pero la cultura del Caribe, al menos el aspecto de ella que más la diferencia, no es una terrestre, sino acuática; una cultura sinuosa donde el tiempo se despliega irregularmente y se resiste a ser capturado por el ciclo del reloj o el del calendario.” - Antonio Benítez Rojo
Antonio Benítez Rojo dijo en su libro La Isla que se repite que el caribe es un “meta- archipiélago”. Con esto se refería a algo sencillo: el Caribe se extiende más allá de sus fronteras. En el libro, Rojo resalta los cuerpos de agua que le rodean y los ve como un ente unitario, no como una división. Algo principal en la historia del Caribe es la fragmentación de esta. Mirar hacia el pasado resulta desorientante y abrumador: no solo es una historia cruel, sino que es una historia del despojo y el saqueo. Desde el comienzo de la conquista, la “máquina de la Plantación” (cómo Benítez Rojo le llama) no solamente sirvió como un sistema de esclavitud, sino de robo y desplazamiento. El individuo caribeño, no importa su isla de proveniencia, posee, consecuentemente, una formación histórica incompleta. Este podría decir: es más lo que nos han quitado que lo que tenemos. Y esto no sería del todo falso, pero una mirada tan pesimista (que está justificada) no sería lo ideal para hablar de la constitución del Caribe.
Es por esto que traigo a Benítez Rojo al tema. Según este, el Caribe no solo existe en las barreras de nuestro archipiélago, sino, como se dijo al comienzo, sobrepasa sus fronteras. Con esto surge una pregunta: ¿a qué se refiere con esto? Este postulado, complejo a primera instancia, es bastante sencillo en su esencia. Benítez Rojo se refiere, en gran parte, a que las riquezas y los materiales extraídos de nuestro archipiélago durante la época de la conquista y la Plantación fueron los que ayudaron a fundar y costear la revolución mercantilista y otros sucesos económicos mayores europeos. Este es el concepto del “meta-archipiélago” que se propone en la lectura. Mirando el Caribe bajo estos ojos tenemos una perspectiva un poco más amena de nuestra historia. No solo somos lo que vemos y lo que nos rodea, sino todo aquello que nos quitaron.
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