Para entender esta metamorfosis hay que validar a nuestras abuelas y reconocer la semilla que sembraron en la mente de nuestras madres, la cual dio el fruto de una manzana parecida a la de Eva...
En el microcosmos de la historia de Guayama vemos la evolución de toda la isla como un tirijala entre represión y control versus la libertad y empoderamiento individual que incluye la lucha de la mujer por controlar su vida.