Nueva York: Sede de la puertorriqueñidad
Por: Rosimar Cruz Vias | Libros787.com
Por más de cincuenta años, Nueva York ha sido el lugar donde la diáspora boricua se reúne para celebrar su isla y su identidad, manifestando la cultura puertorriqueña en un desfile lleno de baile, música y, sobre todo, orgullo patrio.
La Quinta Avenida de Manhattan se pinta de blanco, rojo y azul, con la llegada de los miles de puertorriqueños y puertorriqueñas que, ahora, celebran a Puerto Rico desde la distancia. El segundo domingo de junio, desde el 1958, anualmente, la calle se llena de banderas y gritos de emoción para dar comienzo al Desfile Nacional Puertorriqueño o Parada Puertorriqueña de Nueva York.
El estado neoyorquino ha sido el hogar de miles de boricuas, pues es uno de los principales destinos a los que acuden al emigrar de la isla. Para el 2014, según el Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College, el número de puertorriqueños/as en Nueva York era de 1,107,487. Cifra que ha aumentado desde el paso del huracán María por la isla en el 2017.
Siendo este uno de los hogares de los boricuas, Ramón Santiago Vélez Ramírez, quien también emigró de la isla en 1950, fundó el Desfile Nacional Puertorriqueño, con el propósito de mostrar al resto del mundo las tradiciones puertorriqueñas y así erradicar la marginación a la que fueron sometidos muchos y muchas de los/as boricuas a su llegada a Estados Unidos.
El desfile fue inicialmente realizado bajo el nombre Desfile Hispanoamericano de Nueva York, uniendo a toda la comunidad latinoamericana. Sin embargo, era la comunidad puertorriqueña la que constituía la mayor población. Desde 1995 se instituye oficialmente el Desfile Puertorriqueño de Nueva York como Desfile Nacional Puertorriqueño.
Este evento se ha convertido en uno de suma importancia y relevancia, no solo porque une a la comunidad y muestra talentos, sino porque da presencia y voz a organizaciones puertorriqueñas que tienen un papel importante dentro de los temas sociales, culturales y políticos.
Como todos los años, se selecciona un pueblo de la isla al cual rendirle tributo, y este año es el turno de Loíza.
El próximo 9 de junio, nuevamente, ondeará la monoestrellada por las calles de Nueva York, a manos de miles de boricuas que se darán cita para celebrar la puertorriqueñidad, en lo que se ha convertido en un símbolo de la cultura, el Desfile Nacional de Puerto Rico.
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