Papelón histórico de un médico racista

Por: Rosimar Cruz Vias | Libros787.com

De médico respetable a sospechoso de asesinato. Así de drástico fue el cambio en la carrera del doctor Cornelius P. Rhoads quien, siendo parte de Instituto Rockefeller de Investigación médica, fue enviado a Puerto Rico en 1931 para investigar la anemia endémica en la isla. 

A su llegada a la isla todo parecía fascinarle o, por lo menos, así lo expresaba en las cartas que le envió al director científico del Rockefeller, Simon Flexner, donde elogiaba su nuevo espacio de trabajo, el clima de la isla, sus nuevos compañeros y lo que describió como el "lugar más agradable para vivir". 

Al parecer solo bastó una noche de fiesta y que vandalizaran su auto para terminar con el "amor" que sentía por Puerto Rico, pues luego de ser víctima de vandalismo, escribió otra carta, donde confesaba sentimientos totalmente contrarios a los que había descrito antes. 

Entre varios insultos a los puertorriqueños, Rhoads confesó haber asesinado a ocho pacientes y haberle inyectado células cancerosa a varios más. 

Carta Cornelius Rhoads

Copia fotostática del original de la carta en: Archivo Nacional de Puerto Rico, Fondo: Departamento de Justicia, Serie: Oficina del Procurador General, Expediente 11016, Año: 1932, Caja : E.  “Wolbach” aparece erróneamente como “Wallach”.

"Los puertorriqueños son sin duda la raza de hombres más sucia, perezosa, degenerada y ladrona que jamás ha habitado esta esfera. Te enferma habitar la misma isla que ellos. Son incluso más bajos que los italianos. Lo que la isla necesita no es trabajo de salud pública, sino una ola gigante o algo para exterminar por completo a la población. Entonces sería habitable. He hecho lo máximo que he podido para impulsar el esfuerzo de exterminio matando a ocho de ellos y trasplantando células cancerosas a varios más. Esto último hasta ahora no ha causado ninguna muerte... La materia de consideración hacia el bienestar de los pacientes no tiene cabida aquí. De hecho, todos los médicos disfrutan en el abuso y la tortura de los infortunados sujetos".

La carta fue descubierta y entregada a Pedro Albizu Campos, quien la hizo pública y desató el escándalo e investigación por las muertes ya que eso revelaba un "complot de exterminio racial". 

Rhoads desmintió que lo que decía la carta fuera cierto y lo catalogó como una broma, "una redacción fantasiosa y bromista escrita enteramente para mi propia diversión, y entendida como una parodia de las supuestas actitudes de algunas mentes estadounidenses en Puerto Rico".

Estas declaraciones, apoyadas por la Institución Rockefeller y seguidas por la insuficiencia de pruebas que confirmaran los asesinatos, mantuvieron a Rhoads ejerciendo su profesión en los Estados Unidos sin ningún tipo de repercusión más allá del escándalo. 

¡Tremenda "broma"!

Algunos libros relacionados a este suceso:

War Against All Puerto Ricans, por Nelson A. Denis

Del color de la muerte, por Manuel Martínez Maldonado

Tiempos Revueltos, por Vionette G. Negretti

 

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